Mostrando postagens com marcador Cultura. Mostrar todas as postagens
Mostrando postagens com marcador Cultura. Mostrar todas as postagens

quinta-feira, 12 de abril de 2012

O escândalo na miséria espiritual do forroó eletrônico

O texto abaixo, da lavra do escritor Ronaldo Correa de Brito, publicado no TERRA MAGAZINE, merece ser lido, discutido e reproduzido. Quem é professor, e alguns dos que me acompanham o são, pode pegar o texto e debater sobre ele com os seus alunos.

Teve “Garota Safada” na Semana Santa de Pernambuco
Ronaldo Correa de Brito


Vi o outdoor convidando para a Semana Santa de Gravatá, uma cidade serrana de Pernambuco, bem próxima ao Recife, onde a maioria das pessoas ricas possui casa. Houve tempo em que Gravatá esfriava, chegando aos 16 graus (acima de zero, é claro), nos meses de junho, julho e agosto. Os visitantes usavam casaco e botas, como se estivessem na Serra Gaúcha.

Por lá existem casas de coberta inclinada, como se fosse cair uma nevasca, igual na Dinamarca ou Suécia. De longe, se avista os telhados escandinavos, debaixo do sol quente. As propagandas convidam os turistas a curtir o clima serrano e as delícias do campo. O clima ainda é agreste, mas o campo… A especulação imobiliária transformou a cidade num amontoado de condomínios e vilas. Viaja-se a Gravatá para curtir um churrasco com os vizinhos, ouvir som brega e de forró, ou comer fondue se imaginando na Suíça.



O turismo é sempre enganoso, em qualquer lugar do mundo. O importante é que o turista faça sempre a mesma coisa, visite os mesmos lugares, sinta as mesmas emoções, fotografe e filme as mesmas imagens. E depois reúna parentes e amigos (coitados!) em casa, e mostre o enfadonho resultado da viagem. Afinal, viaja-se para quê? Para filmar e fotografar e trazer a prova aos incrédulos.



Em Gravatá existe uma grande programação de Páscoa, já ia esquecendo. Não pensem que se trata de vigílias nas igrejas, jejuns, penitências, procissão do Senhor Morto, Missa de Aleluia. Nas rádios e televisões a voz do locutor convoca as pessoas da seguinte maneira: “Semana Santa em Gravatá! Não perca os mega shows de “Forró da Pegação”, “Garota Safada”, “Cavaleiros do Forró”, “Zezé de Camargo e Luciano”… Venha curtir e se divertir! Apoio”… Segue-se o nome de uma cerveja.



Cristo nunca apareceu para expulsar os vendilhões do templo. Ou propor que acabassem a esbórnia, usando o calendário religioso para farras. A França avançou bastante ao impor o fim dessas hipocrisias. Mantenham os feriados – nada contra o descanso de ninguém –, mas não em nome de Jesus ou de um cristianismo que poucos praticam. Mal saímos de um Carnaval que dura dois meses – o caso do Recife, Olinda e Salvador –, e lá vem um segundo tempo. Poderiam chamar a zorra de “Carnaval 2, o retorno”, ao invés de Semana Santa. Empresas e secretarias de turismo dessacralizaram os rituais da Paixão e no lugar deles criaram mais um carnaval, com o intuito de atrair multidões, faturar dinheiro e – tem sempre essa conversa de fariseu – gerar empregos.



A maior vocação do povo brasileiro é mesmo o carnaval. Depois que as festas brasileiras se transformaram em grandes negócios para vender cerveja e cantores de brega, pagode, axé e forró, o calendário se confundiu e ninguém distingue mais Natal, São João, Semana Santa e Carnaval. O cenário é sempre o mesmo: um palco gigantesco ou um trio elétrico, iluminação feérica, som de estourar ouvidos e muita, muita cerveja.



E lucro, a única medida para o nosso tempo, não importando o custo.



Quando se tentou aprovar no senado e na câmara uma lei que proibisse a propaganda de álcool (cerveja, principalmente), as empresas de publicidade comandaram um levante geral, alegando que estavam cerceando a liberdade de imprensa, de livre expressão e por aí afora. Qual o quê! Defendiam a liberdade de encher os bolsos de dinheiro, não importando o mal que fazem aos jovens e às mulheres, os mais fragilizados pelas campanhas aliciantes.



Eita! Falo como um profeta bíblico, clamando no deserto. Bem que gostaria de fazer chover fogo. Mas não tenho poder nenhum, a não ser o de escrever nesse blog.



É claro que não interessa a ninguém pensar seriamente no quanto se tornaram falsas as comemorações religiosas. Não interessa à Igreja, pois ela perderia prestígio e poder. Nem aos fieis verdadeiros. Nem aos laicos, que desejam os feriados para descanso. Nem à indústria da diversão, pelos prejuízos que isso acarretaria. Nem aos fabricantes de bebidas, os fariseus barrigudos. Em suma: deixa como está.



E vamos ao “Forró da Pegação”, na Quinta-Feira da Ceia Larga, e ao show da “Garota Safada”, na Sexta- Feira da Paixão. Encham a cara e dancem à vontade. É tudo pago pela Prefeitura.

quarta-feira, 9 de junho de 2010

A banalidade da nudez


Da minha leitura diária do EL PAÍS recorto a matéria abaixo para te passar. Vale dar uma olhada.

REPORTAJE: vida&artes
El pudor ya no es lo que era
La desnudez gana terreno en la moda y se instala en la calle - Cala la idea de que nadie puede limitar la autonomía personal
NAIARA GALARRAGA 09/06/2010

"Respete las costumbres del turista y exija de ellos lo mismo para con usted. El buen sentido del hombre no cambia con el lugar". En estos términos pedía una campaña televisiva de los años sesenta amabilidad con el extranjero. Hoy algunos visitantes se empeñan en pasearse por zonas urbanas enseñando mucha piel, como si aquello fuera la playa. Ellos, a pecho descubierto, y ellas, con minúsculos biquinis. Un fenómeno creciente en Barcelona que molesta a comerciantes y autoridades. Como incomodó a los suizos el año pasado la sorprendente moda de subir a los Alpes desnudo. Los más osados (o insensatos) también lo hacían en invierno. ¿Cómo evoluciona el pudor? ¿Cómo se convierte en aceptable una conducta social que era inaceptable?

"Hace unos años hubiera sido impensable que los alumnos vinieran a la universidad en chancletas, con pantalón corto y camiseta". Gerardo Mail, catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, explica que, como los niños ante sus padres, en el plano social los individuos van probando y probando hasta que topan con un límite. "Desde finales de los setenta el control social, que conforma lo aceptable o inaceptable, se ha flexibilizado, hay una mayor autonomía (del griego, yo me pongo mis normas) y tolerancia con otros estilos de vida. Y a partir de ahí nace la norma social donde los demás no tienen derecho a limitar mi autonomía".

El tiempo no acompaña. Las nubes van y vienen y una chaquetita se agradece para pasear por Lloret de Mar (40.000 habitantes), en Girona. Aun así Darryl Stretton, de 25 años, luce su torso desnudo. "Hace calor, si se compara con Inglaterra". Lleva tres días en Lloret, junto a una veintena de ingleses de Leicestershire, celebrando la despedida de soltero de una pareja del grupo. Siete de ellos presumen de pelo en pecho en el chiringuito de playa. "No creo que sea nada malo ir sin camiseta en las zonas cercanas a la playa. Eso sí, jamás iría a un restaurante a comer sin camiseta", asegura Stretton. ¿Se quitaría también la prenda de arriba en Inglaterra? "Por supuesto, pero para eso haría falta que el tiempo acompañase".

Lloret se prepara para la temporada de verano. En breve, se llenará de turistas como Stretton y su troupe, que buscan calor y mar (la población se duplica en verano). "Al final ni te das cuenta de que van sin camiseta", indica Pilar Ferrer, de 48 años, que regenta una tienda de golosinas junto al paseo marítimo.

Los Ferrer están muy relacionados con el turismo. Su padre, Josep, de 81 años, poseía un hotel en la ciudad hace más de 35 años, el Mont Jordi. Él vio llegar al primer turista. "Primero nos sorprendieron con el biquini, después con el top less, y, en dos días, nos habían acostumbrado a todo", recuerda. Ferrer padre vive sin drama este segundo destape. "No nos imaginábamos entonces que fuese a pasar, pero ya nos hemos habituado. Quién sabe, quizá en un tiempo todo vuelva a ser como antes", augura.

Un pasado que Anna Torà, de 37 años, recuerda con cierta nostalgia. "Los alemanes se ponían de punta en blanco para ir a cenar", cuenta desde la recepción del hotel Excelsior que dirige. "Pero de eso hace ya más de 20 años", añade. En el Excelsior son taxativos: no se puede entrar sin camiseta ni descalzo. "Es una cuestión de higiene y de educación. Aunque somos un hotel de playa, hacen falta unas normas", insiste Torà.

Joan Díaz, de 29 años y dueño de un chiringuito de playa, opina: "Que aquí vayan sin camiseta es normal. Lo que ya no lo es tanto es que lo hagan en Las Ramblas [de Barcelona]".

Lo mismo opinan allí. Y así se lo hacen saber a los foráneos: "Respeten las normas de convivencia de la ciudad, así como el patrimonio público y privado. Asimismo se recomienda vestir adecuadamente no solo en la visita a los lugares de interés turístico sino también en los espacios públicos". Es la recomendación que este año se ha insertado en los 500.000 planos turísticos de Barcelona, editados para evitar la creciente tendencia a pasear por cualquier calle en traje de baño o biquini.

En una ciudad con más de cinco kilómetros de playa es habitual pasear con poca ropa en los paseos marítimos. El año pasado, esa estampa se extendió por buena parte del centro de la ciudad. Rambla arriba, paseo de Gràcia, parque Güell, Sagrada Familia... se empezaron a poblar de turistas con torsos relucientes al sol. Un espectáculo que molesta a casi todos: residentes, establecimientos de hostelería y restaurantes. Y que no es positiva para la proyección de la ciudad en el exterior. Barcelona no tiene normativas que regulen la vestimenta.

Cómo ir vestido se considera algo que atañe estrictamente al ámbito de la libertad individual. La que reclamaron, por cierto, varios grupos nudistas en Barcelona hace seis años. La Concejalía de Derechos Civiles del Ayuntamiento barcelonés se hizo eco de esa reivindicación y editó un tríptico que levantó un considerable revuelo. Fue interpretado en el sentido de que el Consistorio invitaba a los ciudadanos a caminar como llegaron al mundo. Pero la ordenanza del civismo de la capital catalana, aprobada en 2005, no llegó a regular nada de eso porque, entre otras cuestiones, la ciudad tiene dos playas nudistas.

Ni entonces ni ahora se opta por una política de sanciones o multa. El Ayuntamiento apuesta por pactos con hoteleros, restauradores y, en general, todo el comercio. "Es un trabajo colectivo, todos tenemos que explicar al visitante que la playa se acaba donde se acaba y que a partir de ahí hay que vestirse", apuntan fuentes del Consistorio. El sociólogo Mail recuerda, sin embargo, que la moda de "tener un aspecto playero en la ciudad no ha generado rechazo".

Por si acaso, en Barcelona se colocarán pictogramas recordatorios en museos, otros centros culturales, la red de transporte público y en todos los comercios que lo deseen. Desde el sector turístico se apunta que el problema del traje de baño por la calle se acentúa con el turista que pernocta en la costa y va a Barcelona a pasar el día: "Parece que salgan de excursión a la playa, no a un casco urbano".

El antropólogo del CSIC Manuel Mandianes explica que "el pudor nace de conceptos morales que influyen en la conducta humana". Sus límites cambian con el tiempo, en diferentes culturas, incluso en diferentes barrios de una ciudad. "Hace años la moral pública decía que era pecado que la mujer mostrara partes pudendas y que el hombre aprovechara para verlas. El hombre no mostraba el torso; ni la mujer, la pantorrilla".

Este experto añade que ahora se habla en público de las relaciones sexuales -algunos incluso las detallan en televisión- y con ello se ha normalizado el mostrar partes del cuerpo que antes no se exhibían. Pero el pudor también varía. "Puedo tener pudor de contar en un bar lo que sí cuento en una cena en mi casa", detalla Mandianes, que pone un ejemplo más: "Las inmigrantes latinoamericanas muestran con orgullo sus michelines con ropa ajustada, cosa que, por pudor, las españolas no hacen".

En Málaga capital, la afición a circular sin camiseta se da durante la feria de agosto entre jóvenes locales, calificados despectivamente como merdellones (un hortera en malagueño). La intervención municipal se limita a prohibir mediante un bando que los caballistas se paseen sobre sus animales por el recinto ferial descamisados.

En Marbella, el Ayuntamiento ha incluido en los pliegos de condiciones para la contratación de las barras de feria la siguiente cláusula: "No se servirán bebidas a los descamisados".
La desnudez gana protagonismo en la moda: camisas transparentes con sujetadores de colores, calzoncillos y tangas estratégicamente a la vista... ¿Durará? Alicia Kaufmann cree que no. Esta catedrática de Sociología de la Universidad de Alcalá de Henares sostiene que "nada viene para quedarse". "Han cambiado los valores, todo se convierte en efímero. Y en lo corporal, que antes era muy privado, ahora vale todo. Así ha surgido con gran virulencia una industria: la cirugía estética, retocarse todo". Kaufmann recalca que el cuerpo se ha convertido "en un objeto más de consumo", con un agravante: "La mayoría de las veces responde a necesidades creadas por el sistema".


Transcurrieron muchos años tras la muerte del dictador Franco hasta que, en 1988, fue derogado el delito de escándalo público: "El que de cualquier modo ofendiere el pudor o las buenas costumbres con hechos de grave escándalo o trascendencia". El abogado Manuel Cobo del Rosal se quejaba, un año antes, en 1987, en un artículo en este diario de que el delito siguiera vigente a aquellas alturas: "El lamentable suceso acaecido en una localidad extremeña, protagonizado por una joven pareja de novios, nos sitúa ante el enorme, y cada día más acusado, desfase existente entre realidad social y realidad jurídico-positiva, al menos en lo que al derecho penal se refiere".

Los Ayuntamientos no son partidarios de regular la vestimenta pero sí, por ejemplo, el nudismo. El de Cádiz incluyó en las ordenanzas de playa, por primera vez el año pasado, sanciones hasta de 300 euros para quienes hicieran nudismo en el litoral de la ciudad. Las asociaciones naturistas arremetieron contra el Consistorio por castigar una costumbre minoritaria que nunca había causado revuelo. Nadie fue multado, pero algunos bañistas fueron advertidos. Ahora se acaba de delimitar para el nudismo una parte de la playa de Cortadura, que queda a las afueras de la ciudad, entre una carretera y unas instalaciones militares.

El irrepetible alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván escribió en un bando, a principios del verano de 1984, que "las buenas costumbres piden comedimiento y mesura en cuanto al destaparse toca [...] sin caer en impropias mojigaterías, exageraciones ni afectación de virtud".

quinta-feira, 6 de novembro de 2008

A TV e o intelectual desencantado

Jesus Martin-Barbero (veja aqui, em espanhol, seus dados biográficos) é um cientista social colombiano dedicado à reflexão sobre a relação entre a cultura de massas e os meios de comunicação na América Latina. Sua vasta produção é conhecida em muitos territórios disciplinares, mas é especialmente levada em conta na área da comunicação. Em um texto recente, Barbero faz uma interessante análise sobre a relação dos intelectuais com a televisão. Intitulado "La desencantada experiencia del intelectual contemporáneo", o texto pode ser acessado aqui.

segunda-feira, 29 de setembro de 2008

Matéria sobre Machado



Leia, no Estadão de hoje, matéria sobre Machado de Assis. Acesse aqui.