sexta-feira, 6 de março de 2009

Uma boa estação na internet

A Cultura FM - da Fundação Padre Anchieta - é uma boa opção para quem quer ouvir algo de bom gosto na internet. Acesse aqui o site da rádio.

A discussão sobre a pena de morte na Argentina

Com o aumento dos indicadores de violência na Argentina, algumas personalidades (sabemos bem de que campo político-ideológico!) têm defendido a introdução da pena capital no país vizinho. No Página 12 de hoje, em matéria que transcrevo abaixo, você pode ter uma idéia do debate.

Algo parecido a la apología del delito

Una ministra de la Corte opina que “están pidiendo que se viole la Constitución”. Un semiólogo habla de “intención política”; una abogada dice que se busca “generar consensos represivos” y un criminólogo dice que es parte de un “telón de miedos”.

Por Emilio Ruchansky

Pedir la pena de muerte en la Argentina podría considerarse como una apología del delito. Ya lo advirtió ayer Carmen Argibay luego de una semana de altisonantes reclamos en favor de la pena capital: “Están pidiendo que se viole la Constitución nacional”. Casi en simultáneo a estos dichos de la jueza de la Corte Suprema de la Nación, la suegra del preparador físico Hernán Landolina, asesinado el martes, convocaba a una marcha con esta consigna: “Si no nos arremangamos, no vamos a lograr nada. El pueblo tiene que salir a la calle. Hoy yo pido la pena de muerte”. Página/12 consultó a especialistas de distintas disciplinas para entender cómo se instaló esta idea, que resurgió días atrás cuando Susana Giménez dijo que “el que mata tiene que morir”, refiriéndose a los delincuentes que asesinaron a su decorador de confianza.

“El melodrama siempre está presente. Esa escena, la de Susana Giménez caminando y diciendo lo que dijo, es difícil de lograr. Y los medios aprovecharon para instalar el tema como algo definitivo”, explicó ayer el semiólogo Raúl Barreiros. “Lo de ella es la clásica postura facha de ‘protejo lo mío’. La única posibilidad es mirarlo desde ahí, porque Susana Giménez puede tener un corazón facho, pero no tiene un aparato ideológico para sostener lo que dice”, agregó Barreiros, docente de la Universidad Nacional de La Plata.

Claro que este especialista no olvidó un dato de la diva que parece haberse escapado en los programas de chimentos: “Esa mujer, la más popular de la Argentina, es valiente. Estuvo con Monzón cuando ninguna figura salía con boxeadores. Supo manejarlo y se fue a tiempo, antes de que Monzón asesinara a Alicia Muñiz. ¿Cuando ocurrió este asesinato pidió la pena de muerte? No. ¿Y por qué lo pide ahora? Porque está en contra del gobierno”. Lo que sigue, según Barreiros, es la manipulación mediática de un miedo preexistente.

“En otro momento no hubiera pasado nada, pero hay una clara intención política. Este tema ya se intentó instalar 6 o 7 veces el año pasado”, aseguró el semiólogo. Su conclusión es que se corre peligro de que “uno se convierta en el otro”. El otro roba y mata porque “se está vengando del maltrato social” y las víctimas también sufren el maltrato. De vengarse, la situación tomaría forma de espiral. En medio queda la policía, en papel ambiguo. “Si hay alguien que tiene más posibilidades de convertirse en chorro es el policía, por la cercanía con el delito”, advirtió el semiólogo.

Para María del Carmen Verdú, abogada de la Correpi, al pedido de pena de muerte lo subyace un tema socioeconómico. “Estos son círculos recurrentes. Cada vez que en el horizonte se avecinan conflictos sociales, aparecen estos impulsos: se pide endurecer el sistema penal, bajar la edad de imputabilidad o imponer la pena de muerte”, repasó Verdú. Estos reclamos, que ella enmarca en los discursos de la inseguridad, “buscan generar consenso para utilizar los aparatos represivos del Estado, para garantizarlos”.

En este sentido, la abogada pone el reclamo en el marco de la crisis mundial. “No es casual que esto ocurra mientras hay despidos y suspensiones”, dijo Verdú, en referencia a la posibilidad del uso indiscriminado de la fuerza pública en caso de que emerjan las protestas de los sectores más postergados. Bajo su óptica, ya no importa que haya sido Susana Giménez quien haya disparado el tema. “Habría que revisar lo que dijo el sindicalista (Diego) Ibáñez cuando le mataron al hijo o el propio Blumberg, que pidió la pena de muerte y después se echó atrás cuando se supo que había policías involucrados en el secuestro...” El criminólogo Elías Neuman calificó de “misterioso” el surgimiento de este debate, luego de repasar una larga lista de países (entre ellos Francia y Brasil) que llevan ya siglos o décadas con la pena de muerte abolida. “No me parece que se haya abierto una discusión entre especialistas a favor y en contra, una polémica entre tirios y troyanos –afirmó Neuman–; en todo caso, lo que parece es que hay manifestaciones de gente que en su actividad tiene mucha recepción social, con mucha llegada y con impacto en los medios.”

El pedido de pena de muerte, explicó el experto, no emerge de la reflexión, sino del sentimiento o de confundir justicia con venganza. “Me pregunto cuánto tiempo el feroz sistema neoliberal necesita explotar los miedos de la sociedad”, inquirió Neuman. “Es cierto que los delitos urbanos crecen y dan miedo, pero ampliarlos como se los está ampliando, ¿no será una manera de no ver los delitos económicos o de corrupción?”. La constante repetición de los hechos delictivos en la televisión, para este criminólogo, no es más que un “terrible telón de miedos”.

Sobre el final de la charla con Página/12, el especialista recordó que alguna vez el ex presidente Carlos Menem armó un proyecto para instalar la pena de muerte y lo envió al Congreso. Allí tuvieron que explicarle lo que ayer advirtió la jueza Carmen Argibay: “Nuestro país tiene incorporado a la Constitución el Pacto de San José de Costa Rica que impide que se ponga la pena de muerte en un país donde no existe la pena de muerte. Es decir que está prohibida. No es una pena previsible y posible en la República Argentina”.

Neuman insistió en la idea de que la gente que pide esta pena lo hace intuitivamente, pero “el Estado no puede enseñar a no matar matando”.

Para onde vamos?


quinta-feira, 5 de março de 2009

Ainda sobre o caso do aborto da menina e da ação tresloucada do Arcebispo

Sobre o caso da ação tresloucada do Arecebispo de Recife, no caso da menina que foi levada ao aborto para ter sua vida salva, leia comentário da jornalista Fabiane Leite, do Estadão, em seu blog. Acesse aqui.

A Igreja e o aborto da menina de Recife

A posição do Arcebispo de Recife, espécie de cruzado moderno, é a melhor expressão do fundamentalismo no Brasil. Para ele e os seus seguidores fundamentalistas, o dogma religioso coloca-se acima da vida e da saúde de uma criança. Lei a matéria abaixo, publicada no Estadão de hoje.


Igreja excomunga envolvidos em aborto de menina estuprada
Ministro da Saúde, José Gomes Temporão, diz que decisão da Igreja foi 'radical' e 'inadequada'
Agência Brasil

BRASÍLIA - Os envolvidos no processo de aborto de uma menina de 9 anos que foi estuprada foram excomungados pelo arcebispo de Olinda e de Recife, d. José Cardoso Sobrinho. De acordo com a polícia, o padrasto da criança já confessou que abusava da garota. A decisão da Igreja foi criticada pelo ministro da Saúde, José Gomes Temporão.

O arcebispo condenou os responsáveis pelo aborto e disse ao Jornal Hoje que "o fim não justifica os meios. Esse é o princípio , a doutrina moral da Igreja. Os adultos, quem aprovou e quem realizou esse aborto, incorreu na excomunhão."

Para o ministro, a decisão foi "radical" e "inadequada". "A lei brasileira é muito clara: a interrupção da gravidez é autorizada em caso de estupro ou em caso de risco de vida da gestante. O resto, é opinião da Igreja. Trata-se de uma criança e, do ponto de vista biológico, não acredito que ela tivesse condições de levar a termo essa gestação de gêmeos", disse, ao participar de entrevista a emissoras de rádio durante o programa Bom Dia, Ministro. "Estou impactado", afirmou.

A menina estava grávida de gêmeos e, de acordo com médicos, se a gravidez fosse levada a diante, ela correria risco de vida. Na terça à noite, a menina foi internada e recebeu medicamentos para interromper a gravidez. Ao justificar sua decisão, dom José Cardoso Sobrinho disse que, aos olhos da Igreja, o aborto é crime e que a lei dos homens não está acima das leis de Deus.

Para Temporão, o ato de excomungar os envolvidos no aborto é um contra-senso diante do que aconteceu à criança, vítima de estupro pelo padrasto. "Fiquei chocado com os dois fatos: com o que aconteceu com a menina e com a posição desse religioso que, equivocadamente, ao dizer que defende uma vida, coloca em risco uma outra tão importante."

O ministro do Meio Ambiente, Carlos Minc, que estava ao lado de Temporão quando ele se pronunciou também fez seu comentário: "Quero falar como cidadão: estou muito revoltado. Essa menina foi violentada, já teve um trauma grande. A Igreja, em vez de ajudar, criou uma questão a mais." E em seguida, completou: "É a criminalização da vítima."


(com Lígia Formenti, de O Estado de S. Paulo)

quarta-feira, 4 de março de 2009

Literatura e Cinema. A propósito de "Ensaio sobre a cegueira"

É bem provável que você já tenha assistido ao filme. E, melhor ainda, tenha lido o livro. Então, é prá você que eu transcrevo a matéria abaixo, publicada no jornal espanhol El País. Nela, uma discussão sobre literatura e cinema com José Saramago, autor do livro, e Fernando Meirelles, diretor do filme.

La literatura entra 'a ciegas' en el cine

"Hola otra vez, José", le dice Fernando Meirelles (São Paulo, 1955) a José Saramago (Azinhaga, Portugal, 1922) tocándole la mano con afecto al tiempo que se sienta a su lado en una sala de la Casa de América de Madrid. Desde que se conocieron hace dos años en el restaurante Farta Brutos de Lisboa, el premio Nobel de Literatura de 1998 y el director de El jardinero fiel no han dejado de verse.

De esa relación habla mucho Diario de rodaje de 'A ciegas' (Ocho y Medio), el libro que Meirelles publica en España coincidiendo con el estreno, el próximo día 13, de su adaptación de Ensayo sobre la ceguera (Punto de Lectura), la novela que Saramago publicó en 1995. Julianne Moore, Mark Ruffalo, Gael García Bernal y Danny Glover forman parte del "reparto multiétnico" que ha puesto cara a la historia descarnada de una ciudad cuyos habitantes sufren una repentina ceguera.

Pregunta. Señor Saramago, ¿por qué se decidió a autorizar la adaptación de su libro después de años de negarse a ello?

José Saramago. Cuando salió la novela, Meirelles preguntó a mi editor si yo estaría interesado en la adaptación. Dije que no. Luego llegaron más de 30 ofertas, casi todas de Hollywood, pero yo temía que, siendo una novela fuerte, violenta incluso, se usara esa violencia de forma gratuita. Hasta que llegaron a mi casa unos productores canadienses y pensé que podía fiarme de ellos. Lo que no había era director. Cuando me llamaron para proponerme uno resultó ser Fernando Meirelles.

P. No se han hecho realidad sus temores.

J. S. Al contrario. Pero mi rechazo se basaba también en que pensé que no me gustaría ver las caras de mis personajes.

P. ¿La adaptación es fiel?

Fernando Meirelles. Creo que sí, sobre todo porque no conseguí liberarme del libro. A veces me preguntan si adapto novelas porque no encuentro historias propias, pero para mí Ciudad de Dios, El jardinero fiel y A ciegas [basadas en novelas de Paulo Lins, John le Carré y José Saramago] son propias. Soy un lector compulsivo, y hacer una película me parece una buena excusa para seguir metido en el mundo del libro.

J. S. Tampoco hace falta que una adaptación sea fiel. Incluso demasiada fidelidad no es buena. Es lo que ocurrió con La balsa de piedra [dirigida en 2002 por el francés George Sluizer]. Parece que el autor debería decir que cuanto más fiel mejor, pero hay infidelidades beneficiosas. La película cuenta la misma historia que el libro por otros medios.

P. ¿La imagen puede matar la imaginación?

J. S. Eso no me da miedo. Lo que la mata son los efectos especiales, que no dejan que el espectador ponga nada de su parte.

P. Sus otras películas tenían un escenario concreto (Brasil, África). A ciegas es una utopía. ¿Le costó más imaginarla?

F. M. Nunca tengo la película en la cabeza antes de rodarla. La descubro a medida que la hago. Es igual cuando se escribe, ¿no?

J. S. Sí, las cosas se hacen haciéndolas. En el trabajo vas resolviendo problemas que al empezar ni sabías que tenías.

P. ¿Fue distinto el trabajo con Lins, Le Carré y Saramago?

F. M. Paulo Lins se implicó mucho. Venía al rodaje una o dos veces por semana. Nos ayudó mucho en la ambientación. Nos decía: "La gente no llevaba esos zapatos". Le Carré y Saramago dijeron que hiciera lo que quisiera.

J. S. Le tocaba trabajar a él.

F. M. Lo mismo dijo Le Carré.

J. S. Cuando vino a verme a Lisboa traía un montón de preguntas, y yo le dije: "Haz lo que quieras con la novela, pero no preguntes nada".

P. ¿El cine pierde la parte reflexiva que tiene la novela?

J. S. Tiene que recogerla por otros medios. Mientras el cine es sintético, la literatura es analítica.

P. ¿Hay algo de la novela que eche de menos en la película?

J. S. No. Bueno, una frase de una mujer: "Hay dentro de nosotros algo que no tiene nombre, y eso es lo que somos". Yo puedo pensar en eso una hora, pero el cine no te da ni 15 minutos.

F. M. En la versión que pasamos en Cannes estaba esa frase, pero era demasiado literaria.

J. S. ¿Y qué tiene de malo lo literario?

F. M. Que no funciona porque se impone al espectador.

J. S. Lo que pasa es que en el cine hay una forma canónica de contar historias que se repite de película en película. Habría que romper con ella.

F. M. Vaya, estuve seis meses dudando si mantener la frase y ahora me pones en un conflicto.

P. La novela se publicó hace 19 años y la película se estrena en plena crisis. ¿Serviría como metáfora de un mundo degradado?

J. S. Deberíamos haber sabido que pasaba algo raro. Ese no querer darse cuenta era una especie de ceguera. Los personajes no son ciegos, están ciegos.

P. Y las víctimas se convierten en verdugos.

J. S. No hay una víctima que lo sea en todas las circunstancias. Siempre hay un momento en el que la víctima pasa a tener alguna autoridad, y si la tiene, la usa.

P. La película parece más optimista que el libro

F. M. Es menos dura porque es más soportable leer una escena cruda que verla. Mi primera versión del final era más duro. La probamos con algunos espectadores y se salían. Eso pasa también con un libro, pero al libro puedes volver, mientras que si la audiencia se sale del cine ya no vuelve.

J. S. Pero los únicos que pueden cambiar el mundo son los pesimistas. A los optimistas ya les parece bien como está.

PS: Aproveito para indicar o site do filme. Clique aqui.

segunda-feira, 2 de março de 2009

GT discutirá crime e violência em congresso de antropologia em Natal (RN)

No período de 19 a 22 de agosto de 2009, no Campus da UFRN, ocorrerá a II Reunião Equatorial de Antropologia e a XI Reunião de Antropólogos do Norte-Nordeste. O congresso contará com 28 Grupos de Trabalho. O colega Vanderlan Francisco da Silva (UERN) e eu estaremos coordenando o GT- 26 - Violência, Crime e Segurança Pública. O envio de trabalhos será até o próximo dia 16 de março. Para saber mais, consulte o edital aqui. Leia abaixo uma descrição do nosso GT.

Este será um espaço para a apresentação e discussão de trabalhos de pesquisa e reflexões teóricas sobre violência, crime e segurança pública. Nele serão bem vindos registros etnográficos sobre as diferentes formas de expressão da violência no Brasil e na América Latina. Os trabalhos sobre os sistemas prisionais e de segurança pública, especialmente aqueles dedicados à apreensão de seus conflitos, atores e matrizes culturais serão igualmente bem recebidos neste GT. Também serão incorporados no GT trabalhos que relacionem violência e sofrimento social com gênero e etnia. Busca-se, dessa maneira, constituir um lócus para a socialização de saberes e práticas sobre temáticas candentes situadas na intersecção entre violência, práticas culturais e formas de institucionalização.