Sempre que tenho um tempinho (coisa rara, infelizmente) procuro me inteirar das coisas através do EL País. Hoje, o jornal espanhol destaca os efeitos devastadores da crise econômica no leste europeu. Por acaso, no momento, estou lendo o último livro de Loretta Napoleoni intitulado "O lado obscuro da economia". Na obra, a economista analisa a correlação entre a emergência das máfias russas e o tráficos de mulheres e a devastação da Europa do Leste após a queda do muro de Berlim. Uma obra com informações aterradoras (depois eu comentarei aqui). Bueno, mas vamos à matéria do El País?
La tormenta económica amenaza con barrer los Gobiernos de Europa del Este
Las primeras señales de alarma política por la crisis de los mercados se dejan notar en Rumania, Hungría y República Checa
La tormenta económica por la crisis mundial amenaza con arrasar el frágil equilibrio de los Gobiernos de Europa del Este. En plena época de turbulencias, tres de los Estados europeos más sensibles a los movimientos de los mercados han empezado a sufrir los primeros vaivenes políticos con motivo de mala situación económica internacional. La República Checa, que ostenta la presidencia de turno de la Unión Europea (UE), Hungría y Rumania han dado las primeras señales de alarma política en el seno de la Unión.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha anunciado que Rumania recibirá un paquete de ayuda de unos 20.000 millones de euros de este organismo, la UE y el Banco Mundial (BM) con el objetivo de afrontar los problemas económicos y evitar el hundimiento. Así lo ha comunicado a primera hora de hoy en Bucarest Jeffrey Franks, representante de la delegación del FMI, que ha negociado estos días con las autoridades rumanas el acuerdo.
Según el pacto, Rumania deberá reformar su política fiscal y reducir su déficit presupuestario para 2009 a un 4,5%. Del monto total del préstamo, el FMI ha acordado con el gobierno un crédito puente por dos años de 12.900 millones de euros.
Pese a descartar nuevos planes de estímulo, la UE aportará al paquete de financiación 5.000 millones de euros con un vencimiento a cinco años, y el Banco Mundial aportará otros 1.500 millones de euros. El resto del monto será concedido por otras instituciones financieras internacionales.
El relanzamiento de los créditos de los bancos es una de las prioridades del acuerdo alcanzado, explicó en Bucarest Franks, tras recordar la necesidad de concertar con los bancos extranjeros que actúan en el mercado rumano que se garantice que estos créditos no serán repatriados a los países de origen.
Rumania es el tercer país comunitario, después de Hungría y Letonia, que recurre a la ayuda de organizaciones internacionales para salvar su economía nacional de la quiebra. Con este fin, Hungría recibió en octubre pasado 20.000 millones de euros del FMI y la UE, mientras que Ucrania obtuvo 16.400 millones de dólares. En este último país, la crisis amenaza con tumbar la conocida revolución naranja. La recesión castiga cada vez más a la industria mientras la deuda exterior se dispara y los líderes de la revolución de 2004, el presidente, Víktor Yúshenko, y la primera ministra, Yulia Timoshenko, se devalúan ante la sociedad.
Sin resistencia
Cualquier ayuda en Hungría parece poca. El Gobierno no ha podido resistir el embate y el país busca un sustituto al primer ministro, Ferenc Gyucsany, que reconoció haber mentido al electorado sobre la crisis económica para asegurarse la reelección. Gyurcsany anunció el sábado que renunciará a su cargo por la grave recesión que vive el país desde hace meses. En el poder desde septiembre de 2004, dijo durante su intervención en el congreso de los socialistas húngaros que dejaría de liderar el gobierno para ayudar al país a salir de la crisis.
Mientras tanto, la oposición ha respaldado hoy al presidente del banco central, Gyorgy Suranyi, como próximo jefe del Ejecutivo. Suranyi ha recibido el apoyo oficial de los opositores Democracia Libre para ponerse al frente del Gobierno húngaro y sustituir a Gyucsany.
En parte por la crisis interna en parte por los efectos del terremoto financiero, el Gobierno checo sucumbió ayer a una moción de censura de la izquierda en Praga. El Gabinete de Mirek Topolanek había sido abiertamente criticado por la oposición por la política económica, marcada por el liberalismo, en plena crisis. Topolanek, que anunció ayer su dimisión como primer ministro de la República Checa, podría seguir meses como jefe de Gobierno en funciones y concluir en junio su mandato como presidente de los Veintisiete, como desea la oposición que le ha derribado.
Existen diferencias en el Este. Hungría, Letonia y Rumania han pedido ayuda al Fondo Monetario Internacional, mientras Bulgaria, Estonia y Lituania pueden acabar imitándoles. Otros países, como Polonia, República Checa, Eslovaquia y Eslovenia (estos dos últimos ya han adoptado el euro), parecen aguantar mejor la crisis. Sin embargo, el director gerente del Fondo Monetario Interncional, Dominique Strauss-Kahn, advirtió que la crisis económica puede provocar disturbios sociales que "amenacen a las democracias y degeneren en conflictos, incluso guerras", por lo que ha reclamado medidas urgentes. Y Praga y Budapest han visto caer a sus Gobiernos como si hubiesen inaugurado una lista que se antoja más larga.
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