Deu no EL PAÍS.
La presidenta argentina anuncia la expropiación de la petrolera YPF
Francisco Peregil / El País Buenos Aires 16 ABR 2012 - 17:35 CET
La presidenta de argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha anunciado hoy que toma el control de la filial de Repsol, YPF, tras anunciar que la producción de hidrocarburos será considerada de interés público. En una intervención en la sede del Gobierno, la jefe del Ejecutivo argentino ha informado de que el 51% de las acciones de YPF pasarán a estar en poder del Estado. El 49% de este paquete de control que será de titularidad pública se distribuirá entre las provincias petroleras.
En España, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el ministro de Industria, José Manuel Soria, y el de Exteriores, José Manuel García Margallo, se han reunido de emergencia para abordar la expropiación.
Fernández de Kirchner, que no ha mencionado en ningún momento un precio o pago a Repsol, ha justificado la expropiación por la falta de inversiones de la filial y ha asegurado que, durante 2010, Argentina se vio obligada a importar combustibles por casi 10.000 millones de dólares. "Somos el único país de América y casi del mundo que no maneja sus recursos naturales, pero hubo motivos más fuertes para tomar esta decisión", ha añadido. En este apartado, ha concretado que, Repsol obtuvo entre 1999 y 2011 un retorno de 16.490 millones de YPF y cobró en dividendos 13.246. La diferencia, ha defendido, corresponde a las inversiones realizadas, ha asegurado. El Tribunal de Tasaciones argentino decidirá en los próximos días el precio a pagar por acción, que según recuerdan los analistas tiende a ser más bajo de su cotización actual.
Los "fundamentos" que respaldan esta medida, ha enfatizado la presidenta argentina, son "claros y precisos". Entre las 50 páginas del decreto que habilita al Estado a tomar el control de la empresa se afirma que "a efectos de garantizar el cumplimiento de la presente, declárese de utilidad pública y sujeto a expropiación el 51% del patrimonio de YPF". El texto de la ley para nacionalizar YPF ha entrado este mismo lunes en el Parlamento. En él se fija un periodo de vigencia de la medida de 50 años. El decreto de intervención de la compañía, por su parte, ya ha entrado en vigor, lo que ha permitido al Gobierno expulsar a los directivos españoles de YPF.
La mandataria argentina ha citado durante su discurso a EL PAÍS —en concreto, un artículo titulado El trampolín argentino de Repsol— para declarar inmediatamente a continuación que "esta presidenta no va a contestar ninguna amenaza ni va a responder ningún exabrupto". También, durante su intervención, ha afirmado antes de hacer una pausa que la curva de la desinversión de Repsol se parece mucho a "la trompa del elefante", un término nada habitual en términos financieros. Frente a esta actitud, según ha continuado, ninguna empresa extranjera en el país "que reinvierta en el crecimiento del país" tiene nada que temer.
Con vistas al futuro, la presidenta ha garantizado desde la Casa Rosada que su Gobierno impondrá en YPF, que gestiona un tercio de la producción de hidrocarburos del país, "una dirección de la empresa absolutamente profesionalizada". Actualmente, el Estado ya tenía un representante en la dirección de la empresa. Sin embargo, Fernández de Kirchner ha confirmado la "remoción" de todos los directores de YPF, "titulares y suplentes" una vez se apruebe la nacionalización.
Para garantizar "la operación de la empresa, la conservación de sus activos, y del abastecimiento de hidrocarburos", el Ejecutivo y el interventor de YPF nombrado hoy mismo por podrán "adoptar todas las acciones y recaudos que fueran necesarios, hasta tanto asuma el control efectivo de la empresa".
Según ha continuado la presidenta, el ministro de Planificación, Julio de Vido, el que dijo que nadie le iba a pasar por la izquierda, estará al frente de YPF, junto a Axel Kicillof, cuya experiencia en la industria petrolera es nula. Sin embargo, era el que llevaba la voz cantante en las negociaciones del Gobierno argentino con el presidente de Repsol, Antonio Brufau.
A partir de ahora, según reza el texto del proyecto de ley remitido al Parlamento, YPF "acudirá a fuentes de financiamiento internas y externas y a la concertación de asociaciones estratégicas, uniones transitorias de empresas, y todo tipo de acuerdos con otras empresas públicas, privadas o mixtas, nacionales o extranjeras".
Tras amenazar con la expropiación de YPF durante semanas, el Gobierno argentino al final ha anunciado la medida pese a la ofensiva diplomática iniciada por el Ejecutivo español. Desde el gabinete de Mariano Rajoy, quien esta misma semana viaja a Latinoamérica para participar en la cumbre del G20 de México, su titular de Exteriores, José Manuel García Margallo, advirtió de que la nacionalización de la petrolera supondría una ruptura entre ambos países, y "no solo en términos económicos". La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció "medidas" si optaban por la expropiación y el ministro de Industria, José Manuel Soria, con "represalias".
Hasta ahora, Repsol controlaba el 53,47% de YPF, mientras que el grupo argentino Petersen tiene otro 25,46%. La presidenta argentina ha alentado desde hace meses la escalada contra Repsol, a quien acusa de no invertir lo suficiente, lo que según su versión ha hecho bajar la producción y está forzando a Argentina a importar petróleo. Repsol se había comprometido a más inversiones sin llegar a convencer al Ejecutivo de Fernández de Kirchner, con quien se quiso reunir Brufau en las pasadas jornadas sin éxito. En función de la compensación que Argentina entregue por la petrolera, que no está aclarada, la expropiación provocaría graves pérdidas para la española, quien tiene el control de YPF desde 1999, cuando pagó 13.158 millones de dólares por ella.
Precisamente, Fernández de Kirchner ha explicado que los orígenes del conflicto que ha llevado a la expropiación surgieron cuando se "desnacionalizó" YPF en 1998.
YPF supone la mitad de la producción de Repsol (472.000 barriles día); algo menos de la mitad de sus reservas (en torno a los 1.000 millones de barriles de un total de 2.180 millones) y un tercio del beneficio bruto (1.230 millones de euros). Según datos de la petrolera, en el último lustro, el total de las inversiones realizadas por YPF en Argentina ha sido de 11.000 millones de dólares (8.330 millones de euros) y ha triplicado la cifra de dividendos repartidos por la empresa (3.500 millones de dólares).
Tras conocerse la intención del Gobierno argentino, que ha tenido lugar con el mercado español ya cerrado, las acciones de YPF se han desplomado en la Bolsa de Nueva York. Los inversores estadounidenses tienen unos 4.000 millones en la filial de Repsol. No obstante, parece que la expropiación no afectará a este capital.
Desde España, las Cámaras de Comercio, Industria y Navegación de España han condenado el anuncio de la medida, informa Efe. La institución ha mostrado su apoyo "sin reservas" al Gobierno español ante "un gesto de hostilidad contra los legítimos intereses de España". En Bruselas, el portavoz de Comercio de la Comisión Europea, John Clancy, ha advertido de que la acción sobre YPF tendrá consecuencias. "Una expropiación por parte del Gobierno argentino enviaría una señal muy negativa (...) y podría dañar seriamente el clima de negocios en Argentina", ha declarado.
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segunda-feira, 16 de abril de 2012
terça-feira, 9 de junho de 2009
O blog da petrobrás está bombando
O blog da Petrobrás, lançado há não mais que 72 horas, já é o maior fenômeno da blogsfera brasileira. São centenas de milhares de acessos nesse curto espaço de tempo. Parte da chamada "grande imprensa", acostumada a ter a última palavra sobre tudo, está simplesmente atônita. No desespero mesmo. O blog é uma sacada genial: enfrenta, com informações, o jogo pesado lançado contra a maior empresa brasileira.
sexta-feira, 26 de dezembro de 2008
O artigo de Washington Novaes de hoje
Como sempre, republico aqui os artigos do jornalista. Eles são publicados no jornal O Estado de São Paulo. Leia-o abaixo.
Perguntas de fim de ano
Washington Novaes
O Brasil chega a este final de ano posto diante de algumas das maiores dúvidas e interrogações de sua história. Trata-se de saber o que fará com sua matriz energética, especialmente com o petróleo, e com seus recursos naturais, no mundo perplexo com a crise financeira e condicionantes "ambientais" muito graves.
Os jornais anunciam que o governo vai contratar um escritório de advocacia para definir o marco legal para a exploração do petróleo na chamada camada pré-sal, depois que o presidente da República optar entre os vários caminhos examinados por uma comissão interministerial. Aí já terá pela frente questões complicadas, de ordem política, financeira e econômica, que têm sido examinadas por este jornal ao longo dos últimos meses. Mas o problema não se esgota nesse ponto. Será preciso saber como o mundo e o País se comportarão no panorama das mudanças climáticas e na discussão sobre a insustentabilidade do uso de recursos e serviços naturais no mundo, já além da capacidade de reposição do planeta. Porque, em princípio, essas duas questões exigirão profundas mudanças nas matrizes energéticas e de transportes em toda a parte (e no consumo de combustíveis), nos padrões de uso de materiais, nos formatos de construção, na agropecuária, em tudo. No caso do petróleo, influenciarão também com os preços a viabilidade ou não da própria exploração das novas jazidas.
O Painel Intergovernamental de Mudanças Climáticas (IPCC), a Agência Internacional de Energia e relatórios como o do ex-economista-chefe do Banco Mundial sir Nicholas Stern dizem que será indispensável reduzir em 80% até 2050 as emissões de poluentes (em que os combustíveis fósseis respondem por 80% do total) que intensificam o efeito estufa e acentuam os desastres climáticos. O mundo em crise acolherá as advertências ou seguirá com o atual aumento de emissões, incapaz de investir em busca daquelas mudanças tecnológicas em meio à crise financeira? Se optar pelas mudanças, em que ritmo elas acontecerão e que influência terão no consumo e nos preços do petróleo, do gás natural e do carvão? Hoje o consumo de petróleo está em 85 milhões de barris/dia (34% da demanda total de energia), com previsão de 106 milhões em 2030 (30% de demanda). Subsistirá? Já caiu um pouco neste final de ano e prevê-se nova queda para 2009.
O preço do barril, que já chegou a mais de US$ 150, na semana passada caiu abaixo de US$ 40 - patamar considerado mínimo por muitos analistas para viabilizar investimentos no pré-sal. Ficará mais viável - principalmente nos países que usam diesel e gás para gerar energia - investir em outros formatos de geração? Uma terceira hipótese será a de estarem ou não à disposição tecnologias que permitam evitar as emissões de poluentes sem mudar a matriz energética. A principal delas seria a captura e o sepultamento de carbono emitido em usinas de geração de energia na queima de diesel, carvão mineral ou gás. Tecnicamente é possível, diz o IPCC. Mas não se sabe ainda que conseqüências geológicas, hidrológicas, sismológicas ou na biodiversidade marinha (se a deposição for no mar) terá. A viabilidade de altos investimentos em petróleo estará condicionada por esses fatores. Ainda mais que a produção na camada pré-sal levará 27 anos, como disse o presidente da Petrobrás, José Sérgio Gabrielli, num seminário da Federação Única dos Petroleiros. O que acontecerá em tão largo tempo? Principalmente quando não se sabe exatamente qual é o volume de óleo explorável - e isso depende da geologia, da geofísica, da petrofísica e da engenharia, lembrou ele. Assim como depende do custo futuro de navios, plataformas, refinarias e sondas. E o País ainda não sabe exatamente com que receitas de exportação contará nos próximos anos, para poder calcular investimentos.
Pelo ângulo geral do consumo a questão não é menos complicada. Que se fará diante das seguidas advertências de que o consumo atual de recursos e serviços naturais (2,5 hectares por habitante/ano) é insustentável (a disponibilidade é de 1,8 hectare) e agrava a crise dos recursos hídricos, a desertificação, a perda da biodiversidade e as mudanças climáticas? A alternativa seria a criação e implantação de padrões compatíveis com a capacidade de reposição no planeta. Caso contrário, vai-se seguir aumentando o número dos que passam fome no mundo (já perto de 1 bilhão, segundo a ONU), dos que vivem abaixo da linha da pobreza (cerca de 3 bilhões), dos atingidos pelos desastres do clima (centenas de milhões a cada ano). Que conseqüências políticas e sociais se esperam, se for esse o caminho? E o que acontecerá por decorrência na área de energia?
O panorama energético brasileiro é confuso e problemático. Desprezam-se os estudos científicos que indicam a possibilidade de forte economia no consumo de energia e redução de perdas - só se pensa em construir novas usinas hidrelétricas e nucleares. O programa de energias alternativas (solar, eólica) só dispõe de recursos mínimos. Não assumimos compromissos na Convenção do Clima, só metas internas como as de redução do desmatamento na Amazônia, sem saber exatamente como fazê-lo, porque os recursos financeiros federais são mais que escassos e não há caminhos definidos no âmbito internacional para que outros países possam supri-los.Transferimos para 2010 um projeto de zoneamento para o Cerrado, que perde 22 mil km² por ano e responde por 26% das emissões totais brasileiras. Também acabamos de adiar para o ano que vem o novo inventário de emissões totais brasileiras (Stern disse que elas estão entre 11 toneladas e 12 toneladas por habitante/ano, o que seria mais que o dobro das registradas no inventário de 1994). Não temos planejamento para a matriz de transportes. Nem programas ativos para a área de recursos e serviços naturais.
É um balanço amargo e inquietante na hora das comemorações. Mas é o real.
Washington Novaes é jornalista E-mail: wlrnovaes@uol.com.br
Perguntas de fim de ano
Washington Novaes
O Brasil chega a este final de ano posto diante de algumas das maiores dúvidas e interrogações de sua história. Trata-se de saber o que fará com sua matriz energética, especialmente com o petróleo, e com seus recursos naturais, no mundo perplexo com a crise financeira e condicionantes "ambientais" muito graves.
Os jornais anunciam que o governo vai contratar um escritório de advocacia para definir o marco legal para a exploração do petróleo na chamada camada pré-sal, depois que o presidente da República optar entre os vários caminhos examinados por uma comissão interministerial. Aí já terá pela frente questões complicadas, de ordem política, financeira e econômica, que têm sido examinadas por este jornal ao longo dos últimos meses. Mas o problema não se esgota nesse ponto. Será preciso saber como o mundo e o País se comportarão no panorama das mudanças climáticas e na discussão sobre a insustentabilidade do uso de recursos e serviços naturais no mundo, já além da capacidade de reposição do planeta. Porque, em princípio, essas duas questões exigirão profundas mudanças nas matrizes energéticas e de transportes em toda a parte (e no consumo de combustíveis), nos padrões de uso de materiais, nos formatos de construção, na agropecuária, em tudo. No caso do petróleo, influenciarão também com os preços a viabilidade ou não da própria exploração das novas jazidas.
O Painel Intergovernamental de Mudanças Climáticas (IPCC), a Agência Internacional de Energia e relatórios como o do ex-economista-chefe do Banco Mundial sir Nicholas Stern dizem que será indispensável reduzir em 80% até 2050 as emissões de poluentes (em que os combustíveis fósseis respondem por 80% do total) que intensificam o efeito estufa e acentuam os desastres climáticos. O mundo em crise acolherá as advertências ou seguirá com o atual aumento de emissões, incapaz de investir em busca daquelas mudanças tecnológicas em meio à crise financeira? Se optar pelas mudanças, em que ritmo elas acontecerão e que influência terão no consumo e nos preços do petróleo, do gás natural e do carvão? Hoje o consumo de petróleo está em 85 milhões de barris/dia (34% da demanda total de energia), com previsão de 106 milhões em 2030 (30% de demanda). Subsistirá? Já caiu um pouco neste final de ano e prevê-se nova queda para 2009.
O preço do barril, que já chegou a mais de US$ 150, na semana passada caiu abaixo de US$ 40 - patamar considerado mínimo por muitos analistas para viabilizar investimentos no pré-sal. Ficará mais viável - principalmente nos países que usam diesel e gás para gerar energia - investir em outros formatos de geração? Uma terceira hipótese será a de estarem ou não à disposição tecnologias que permitam evitar as emissões de poluentes sem mudar a matriz energética. A principal delas seria a captura e o sepultamento de carbono emitido em usinas de geração de energia na queima de diesel, carvão mineral ou gás. Tecnicamente é possível, diz o IPCC. Mas não se sabe ainda que conseqüências geológicas, hidrológicas, sismológicas ou na biodiversidade marinha (se a deposição for no mar) terá. A viabilidade de altos investimentos em petróleo estará condicionada por esses fatores. Ainda mais que a produção na camada pré-sal levará 27 anos, como disse o presidente da Petrobrás, José Sérgio Gabrielli, num seminário da Federação Única dos Petroleiros. O que acontecerá em tão largo tempo? Principalmente quando não se sabe exatamente qual é o volume de óleo explorável - e isso depende da geologia, da geofísica, da petrofísica e da engenharia, lembrou ele. Assim como depende do custo futuro de navios, plataformas, refinarias e sondas. E o País ainda não sabe exatamente com que receitas de exportação contará nos próximos anos, para poder calcular investimentos.
Pelo ângulo geral do consumo a questão não é menos complicada. Que se fará diante das seguidas advertências de que o consumo atual de recursos e serviços naturais (2,5 hectares por habitante/ano) é insustentável (a disponibilidade é de 1,8 hectare) e agrava a crise dos recursos hídricos, a desertificação, a perda da biodiversidade e as mudanças climáticas? A alternativa seria a criação e implantação de padrões compatíveis com a capacidade de reposição no planeta. Caso contrário, vai-se seguir aumentando o número dos que passam fome no mundo (já perto de 1 bilhão, segundo a ONU), dos que vivem abaixo da linha da pobreza (cerca de 3 bilhões), dos atingidos pelos desastres do clima (centenas de milhões a cada ano). Que conseqüências políticas e sociais se esperam, se for esse o caminho? E o que acontecerá por decorrência na área de energia?
O panorama energético brasileiro é confuso e problemático. Desprezam-se os estudos científicos que indicam a possibilidade de forte economia no consumo de energia e redução de perdas - só se pensa em construir novas usinas hidrelétricas e nucleares. O programa de energias alternativas (solar, eólica) só dispõe de recursos mínimos. Não assumimos compromissos na Convenção do Clima, só metas internas como as de redução do desmatamento na Amazônia, sem saber exatamente como fazê-lo, porque os recursos financeiros federais são mais que escassos e não há caminhos definidos no âmbito internacional para que outros países possam supri-los.Transferimos para 2010 um projeto de zoneamento para o Cerrado, que perde 22 mil km² por ano e responde por 26% das emissões totais brasileiras. Também acabamos de adiar para o ano que vem o novo inventário de emissões totais brasileiras (Stern disse que elas estão entre 11 toneladas e 12 toneladas por habitante/ano, o que seria mais que o dobro das registradas no inventário de 1994). Não temos planejamento para a matriz de transportes. Nem programas ativos para a área de recursos e serviços naturais.
É um balanço amargo e inquietante na hora das comemorações. Mas é o real.
Washington Novaes é jornalista E-mail: wlrnovaes@uol.com.br
quinta-feira, 25 de dezembro de 2008
Um painel sobre a Nigéria na Folha
Superficialidade e indigência mental, eis as características marcantes da cobertura da grande imprensa brasileira sobre os países africanos. São poucas as exceções. Assim, quando boas matérias são publicadas, o que demora a ocorrer, temos que comemorar e chamar a atenção. Foi o que ocorreu na edição de hoje do jornal Folha de São Paulo. A jornalista Belisa Ribeiro produziu três textos interessantes sobre a Nigéria. Merecem leitura e reflexão. Acesse o jornal aqui (somente para assinantes do jornal ou do UOL, infelizmente)
quarta-feira, 10 de setembro de 2008
A cientista política Lourdes Sola entra na discussão do pré-sal
Se você é uma das duas ou três pessoas que me honram visitando este blog, sabe que eu tenho procurado inserir posts com visões variadas sobre a discussão a respeito do que fazer com o petróleo do pré-sal. Hoje, sigo na mesma trilha. Coloco, abaixo, texto de autoria da cientista política Lourdes Sola, publicado no Estadão, sobre o assunto.
Nacionalismo energético e o legado de Lula
Lourdes Sola*
Quando analisados em perspectiva global, os movimentos erráticos do governo no sentido de introduzir um novo marco regulatório para exploração do petróleo e do gás na área do pré-sal representam uma versão bastante soft do nacionalismo energético em curso no mundo. Este é um dos vários sintomas de uma mudança de maré desde o fim da guerra fria. É um componente da ofensiva militar da Rússia de Putin-Medvedev sobre a Geórgia, da política do Irã de Ahmadinejad, da Bolívia de Morales e da Venezuela de Chávez. Num registro defensivo, a dependência energética entrou no radar dos candidatos à presidência dos Estados Unidos. O discurso de Barack Obama na convenção democrata aponta para uma dupla aposta: no desenvolvimento tecnológico orientado para a produção de energia limpa e na maior autonomia em relação aos países árabes. A candidata a vice pelos republicanos, Sarah Palin, oferece uma versão populista-chauvinista de nacionalismo energético. Montada nas reservas de petróleo do Alasca, defende a "independência do petróleo estrangeiro" e uma arrancada tecnológica. A Europa Ocidental aposta na tecnologia, porque mais vulnerável ao impacto desestabilizador da política externa da Rússia.
Nesse quadro, a retórica nacionalista e as cerimônias animadas por meio das quais a exploração das jazidas do pré-sal tem sido introduzida para a opinião pública brasileira representam uma versão suave de nacionalismo. Em sua forma extrema e canhestra, incluiu uma investida hostil à Petrobrás - símbolo da soberania nacional para a classe política e para os militares. O mix clássico na história brasileira, entre nacionalismo e populismo, foi convocado e, depois, suavizado. A investida contras as multinacionais associadas à Petrobrás e a defesa de uma estatal foram vazadas numa retórica familiar: o petróleo é da União e, portanto, "do povo", cujos interesses gerais estão representados pelo presidente e por este governo.
Numa segunda aproximação, salta aos olhos a diversidade dos casos específicos de nacionalismo. Isso requer uma sintonia mais fina, sem o que ficará também diluída a diferença específica do nacionalismo energético à moda da casa. Para isso é necessário indagar o seguinte: no mundo de hoje, qual a diferença específica entre políticas públicas orientadas pelo interesse nacional e o tipo de nacionalismo retratado aqui?
Maximizar as vantagens comparativas derivadas do acesso aos recursos energéticos é um princípio intrínseco à lógica que se guia pelo interesse nacional, entendido como interesse público. Em democracia, a formulação de políticas públicas com base nessa lógica pressupõe uma estratégia política e econômica coerente e também acordada entre os interesses afetados e representados. Mas também pressupõe um projeto nacional para além de um projeto de poder por parte do governo. Já o nacionalismo em pauta aqui se singulariza por duas características distintivas.
Uma delas é o tipo de uso político que fazem os governos do acesso a recursos energéticos sob controle de seus respectivos Estados. É um instrumento de mobilização das energias políticas domésticas com vista a promover a legitimidade de um governo específico. Que se apresenta como o portador dos interesses públicos em nome do Estado. A eficácia política dessa manobra consiste exatamente em obscurecer a distinção necessária entre interesses deste governo, do Estado e o interesse público.
A segunda característica é que a eficácia política do impulso nacionalista tem hoje um limite estrutural, a globalização. A densidade e a profundidade das interações econômico-financeiras, demográficas e ecológicas limita a capacidade de controle dos Estados nacionais. À luz desses processos, torna-se explícita a função predominantemente ideológica do nacionalismo, energético ou não. Essa limitação explica, em grande parte, o caráter errático dos movimentos do governo, tão logo se viu confrontado com as conseqüências do aumento da incerteza regulatória e com a queda das ações da Petrobrás e associadas. É essa constrição que conferiu à versão brasileira de nacionalismo energético um caráter tipicamente populista e extemporâneo.
As duas características, juntas, explicam a dificuldade de definir um formato coerente, que atenda aos cálculos políticos deste governo e ao interesse nacional - cuja definição obriga a levar em conta a forma de integração do País ao sistema global e o peso sem precedentes do setor privado.
À luz disso, cabe refletir sobre um par de temas. A forma como o governo apresentou à opinião pública e à classe política a questão do pré-sal pode ter conseqüências contraproducentes do ponto de vista da governabilidade. A disputa pela partilha das benesses foi lançada com anterioridade à definição acordada sobre o marco regulatório. Suscita conflitos de interesses, tensões e alinhamentos políticos que podem adquirir uma dinâmica própria. Para administrá-los e compatibilizá-los será necessário aprofundar a estratégia dominante, pela qual o governo contorna e surfa os conflitos. Por um lado, crescimento acelerado. Por outro, a incorporação dos interesses sociais contraditórios pelo Estado, o que significa ampliar ainda mais as dimensões do Estado a um custo crescente para o contribuinte.
Trata-se de uma mudança de paradigma e exige reflexão, pois incide sobre a natureza do legado do governo Lula. Ao qual se somam a expansão do funcionalismo público, cujos custos escalonados se estendem até 2012; a incerteza regulatória; e as pressões no balanço de pagamentos, indissociáveis das vicissitudes do cenário internacional.
* Lourdes Sola, Ph.D. em Ciência Política por Oxford, livre-docente e professora da USP, consultora política da MB Associados, é presidente da Associação Internacional
de Ciência Política (Ipsa)
Nacionalismo energético e o legado de Lula
Lourdes Sola*
Quando analisados em perspectiva global, os movimentos erráticos do governo no sentido de introduzir um novo marco regulatório para exploração do petróleo e do gás na área do pré-sal representam uma versão bastante soft do nacionalismo energético em curso no mundo. Este é um dos vários sintomas de uma mudança de maré desde o fim da guerra fria. É um componente da ofensiva militar da Rússia de Putin-Medvedev sobre a Geórgia, da política do Irã de Ahmadinejad, da Bolívia de Morales e da Venezuela de Chávez. Num registro defensivo, a dependência energética entrou no radar dos candidatos à presidência dos Estados Unidos. O discurso de Barack Obama na convenção democrata aponta para uma dupla aposta: no desenvolvimento tecnológico orientado para a produção de energia limpa e na maior autonomia em relação aos países árabes. A candidata a vice pelos republicanos, Sarah Palin, oferece uma versão populista-chauvinista de nacionalismo energético. Montada nas reservas de petróleo do Alasca, defende a "independência do petróleo estrangeiro" e uma arrancada tecnológica. A Europa Ocidental aposta na tecnologia, porque mais vulnerável ao impacto desestabilizador da política externa da Rússia.
Nesse quadro, a retórica nacionalista e as cerimônias animadas por meio das quais a exploração das jazidas do pré-sal tem sido introduzida para a opinião pública brasileira representam uma versão suave de nacionalismo. Em sua forma extrema e canhestra, incluiu uma investida hostil à Petrobrás - símbolo da soberania nacional para a classe política e para os militares. O mix clássico na história brasileira, entre nacionalismo e populismo, foi convocado e, depois, suavizado. A investida contras as multinacionais associadas à Petrobrás e a defesa de uma estatal foram vazadas numa retórica familiar: o petróleo é da União e, portanto, "do povo", cujos interesses gerais estão representados pelo presidente e por este governo.
Numa segunda aproximação, salta aos olhos a diversidade dos casos específicos de nacionalismo. Isso requer uma sintonia mais fina, sem o que ficará também diluída a diferença específica do nacionalismo energético à moda da casa. Para isso é necessário indagar o seguinte: no mundo de hoje, qual a diferença específica entre políticas públicas orientadas pelo interesse nacional e o tipo de nacionalismo retratado aqui?
Maximizar as vantagens comparativas derivadas do acesso aos recursos energéticos é um princípio intrínseco à lógica que se guia pelo interesse nacional, entendido como interesse público. Em democracia, a formulação de políticas públicas com base nessa lógica pressupõe uma estratégia política e econômica coerente e também acordada entre os interesses afetados e representados. Mas também pressupõe um projeto nacional para além de um projeto de poder por parte do governo. Já o nacionalismo em pauta aqui se singulariza por duas características distintivas.
Uma delas é o tipo de uso político que fazem os governos do acesso a recursos energéticos sob controle de seus respectivos Estados. É um instrumento de mobilização das energias políticas domésticas com vista a promover a legitimidade de um governo específico. Que se apresenta como o portador dos interesses públicos em nome do Estado. A eficácia política dessa manobra consiste exatamente em obscurecer a distinção necessária entre interesses deste governo, do Estado e o interesse público.
A segunda característica é que a eficácia política do impulso nacionalista tem hoje um limite estrutural, a globalização. A densidade e a profundidade das interações econômico-financeiras, demográficas e ecológicas limita a capacidade de controle dos Estados nacionais. À luz desses processos, torna-se explícita a função predominantemente ideológica do nacionalismo, energético ou não. Essa limitação explica, em grande parte, o caráter errático dos movimentos do governo, tão logo se viu confrontado com as conseqüências do aumento da incerteza regulatória e com a queda das ações da Petrobrás e associadas. É essa constrição que conferiu à versão brasileira de nacionalismo energético um caráter tipicamente populista e extemporâneo.
As duas características, juntas, explicam a dificuldade de definir um formato coerente, que atenda aos cálculos políticos deste governo e ao interesse nacional - cuja definição obriga a levar em conta a forma de integração do País ao sistema global e o peso sem precedentes do setor privado.
À luz disso, cabe refletir sobre um par de temas. A forma como o governo apresentou à opinião pública e à classe política a questão do pré-sal pode ter conseqüências contraproducentes do ponto de vista da governabilidade. A disputa pela partilha das benesses foi lançada com anterioridade à definição acordada sobre o marco regulatório. Suscita conflitos de interesses, tensões e alinhamentos políticos que podem adquirir uma dinâmica própria. Para administrá-los e compatibilizá-los será necessário aprofundar a estratégia dominante, pela qual o governo contorna e surfa os conflitos. Por um lado, crescimento acelerado. Por outro, a incorporação dos interesses sociais contraditórios pelo Estado, o que significa ampliar ainda mais as dimensões do Estado a um custo crescente para o contribuinte.
Trata-se de uma mudança de paradigma e exige reflexão, pois incide sobre a natureza do legado do governo Lula. Ao qual se somam a expansão do funcionalismo público, cujos custos escalonados se estendem até 2012; a incerteza regulatória; e as pressões no balanço de pagamentos, indissociáveis das vicissitudes do cenário internacional.
* Lourdes Sola, Ph.D. em Ciência Política por Oxford, livre-docente e professora da USP, consultora política da MB Associados, é presidente da Associação Internacional
de Ciência Política (Ipsa)
quinta-feira, 21 de agosto de 2008
O debate sobre o pré-sal
No Estadão de hoje, Roberto Macedo, ex-secretário de Política Econômica do Ministério da Fazenda na gestão FHC, em um artigo intitulado "A Petrosal e o bacalhau da Noruega", entra no debate sobre o que fazer com as descobertas petroliféras. Você sabe que eu acho esse debate importante. Assim, coloco aqui, sempre que possível, links para todas as posições políticas e ideológicas sobre a questão. Leia o artigo aqui.
terça-feira, 19 de agosto de 2008
As descobertas de petróleo e a briga de cachorros grandes
Você tem acompanhado a discussão sobre as descobertas petroliféras no litoral sul do Brasil? Tem alguma posição sobre a criação ou não de uma nova empresa estatal para tratar dessa nova área de exploração? Bom, esse não é um debate qualquer. Ele diz muito sobre o que nós queremos ser quando crescermos, para usar aqui um velho e surrado lugar-comum. Então, para início de conversa, é bom ir se acostumando aí com informações sobre o pré-sal (saiba mais sobre o Campo de Tupi e o pré-sal aqui) e sobre o que está por trás da discussão sobre a criação de uma nova estatal. É briga de cachorro grande, pode apostar. Então, não podemos ficar a ver navios, como se diz em terras d'além mar, não é mesmo? Passo, então, a partir de agora, a coloar alguns links com posições de atores sociais e políticos os mais diversos. Vamos lá?
Bueno, você pode começar sabendo o que pensa a respeito o ex-ministro Palocci. Em artigo, publicado no site do PT, o atual deputado defende uma posição que tem crescido em determinados setores do Governo Lula. Acesse o artigo aqui. Siga adiante e veja o que pensa um dos diretores da Casa das Garças, um think tank tucano, em artigo publicado no jornal O Estado de São Paulo. Leia-o aqui. Se ainda tiver disposição, então leia uma entrevista do Beluzzo, publicada no Estadão de ontem. Eu coloco aqui o link para a entrevista no Jornal da Ciência. Por dois motivos: não conseguiu localizar o artigo no jornal paulista e, não menos importante, porque, quem sabe, você não passa a se tornar um eleitor assíduo dessa ótima publicação eletrônica (o JC).
Bueno, você pode começar sabendo o que pensa a respeito o ex-ministro Palocci. Em artigo, publicado no site do PT, o atual deputado defende uma posição que tem crescido em determinados setores do Governo Lula. Acesse o artigo aqui. Siga adiante e veja o que pensa um dos diretores da Casa das Garças, um think tank tucano, em artigo publicado no jornal O Estado de São Paulo. Leia-o aqui. Se ainda tiver disposição, então leia uma entrevista do Beluzzo, publicada no Estadão de ontem. Eu coloco aqui o link para a entrevista no Jornal da Ciência. Por dois motivos: não conseguiu localizar o artigo no jornal paulista e, não menos importante, porque, quem sabe, você não passa a se tornar um eleitor assíduo dessa ótima publicação eletrônica (o JC).
domingo, 10 de agosto de 2008
Um artigo de Aluizio Mercadante
O jornal Folha de São Paulo de hoje publica excelente artigo do Senador Aluizio Mercandante. Trata-se de uma análise sobre o significado da exploração do petróleo para a economia interna dos países exportadores do "ouro negro" e a proposição de algumas regras para tratar da exploração das recentes descobertas de reservas de gás e petróleo no nosso litoral. Mercandante chama-nos a atenção para o fato de que, excetuando-se a Noruega, todos os países de petróleo vivem a trágica situação de terem suas economias atreladas a uma única atividade econômica. E, o que mais dramático, como é o exemplo da Guiné Equatorial, se o petróleo faz aumentar o PIB per capita, esse aumento não se traduz em progresso social e em melhor qualidade de vida para a população. Em tempo: a Guiné tem o nono PIB per capita médio do mundo e ocupa a posição 127 no IDH (o indicador que realmente interessa, que mede o desenvolvimento humano). Tendo como referência essa realidade, o senador paulista aponta caminhos para o Brasil aproveitar a descoberta de novas jazidas petroliféras em seu litoral. Vale a pena conferir!
Abaixo, trascrevo partes do artigo, intitulado "O mal do avestruz".
A GUINÉ Equatorial, minúsculo país da África, exporta 400 mil barris de petróleo por dia e tem PIB per capita de cerca de US$ 50 mil, medido pelo poder de compra, o nono maior do mundo. Apesar da riqueza, o país ainda não conseguiu diversificar a sua economia, que continua dependente da exportação de commodities.
(...)
A Guiné Equatorial ocupa a 127ª posição no ranking do IDH (Índice de Desenvolvimento Humano) da ONU.
Embora o exemplo da Guiné Equatorial seja extremo, ele reflete um mal que afeta a maioria dos países exportadores de petróleo: a chamada "doença holandesa". Tal doença levou esses países a desperdiçar sua riqueza em consumo de bens importados e gastos perdulários, a criar gigantescas burocracias e a não construir os fundamentos destinados a promover o desenvolvimento sustentado.
Assim, entre os 15 maiores exportadores mundiais de petróleo, só um tem lugar de destaque no ranking do IDH da ONU: a Noruega, que ocupa a segunda colocação. O resto não figura sequer entre os 30 primeiros -a maioria está abaixo da 50ª posição.
(...)
Felizmente, a doença e a tragédia a ela associada, como demonstra a Noruega, são evitáveis. No caso do Brasil, temos algumas características que podem nos ajudar. O país tem o décimo PIB mundial, economia bastante diversificada, abundância de recursos naturais e mercado interno dinâmico e em crescimento. Esses fatores nos colocam em melhor posição e nos distinguem dos membros da Opep (Organização dos Países Exportadores de Petróleo), embora continuemos a ser sociedade muito desigual.
Mas nosso grande diferencial é a democracia, que nos permite discutir todas as questões relevantes, inclusive a do petróleo. Na Noruega, tal questão foi amplamente debatida, tendo resultado na decisão do Parlamento norueguês de criar fundo soberano para gerir os recursos não-renováveis do petróleo com critérios intergeracionais, que hoje soma US$ 400 bilhões.
(...)
É imprescindível debater a criação de fundo soberano para gerir os novos recursos.
Também é preciso discutir a regulação da exploração, que não pode mais ser feita com base em "contratos de risco", pois é provável que o risco exploratório do pré-sal, jazida quase que certamente contínua, seja zero.
Outro debate que necessita ser enfrentado é relativo à espinhosa questão da hiperconcentração dos royalties do petróleo, que faz com que 62% dos recursos do país sejam apropriados por apenas nove municípios do Rio, Estado com 92 cidades. Essa hiperconcentração, que já é ofensiva ao pacto federativo, transformar-se-á em tragédia com a enxurrada de novos recursos. Será que queremos criar uma Guiné Equatorial no Brasil?
O que proponho não é um debate provinciano para ver que Estado fica com a maior parte dos recursos das novas jazidas, mas sim uma discussão estratégica para o futuro do país.
Não se pretende arranhar o pacto federativo, mas fortalecê-lo mediante distribuição e uso mais racional dos recursos, que poderá revolucionar nossa educação e inovação científica.
(...)
As resistências às novas propostas são intensas. Tais resistências são legítimas e fazem parte do jogo democrático. O que não é legítimo e democrático é a intenção de alguns de não fazer o debate sobre assunto tão relevante para o país. A sociedade brasileira tem o direito de ser informada sobre esse tema. Não se pode ignorar a nova realidade do petróleo e fazer como avestruz, que julga que o desafio desaparece quando enterra a cabeça na terra. Cedo ou tarde, esse é um debate que o Brasil terá de fazer. Melhor cedo, ou o mal do avestruz nos conduzirá à doença holandesa e nos condenará à tragédia do petróleo.
Assinante UOL lê o artigo completo aqui.
Abaixo, trascrevo partes do artigo, intitulado "O mal do avestruz".
A GUINÉ Equatorial, minúsculo país da África, exporta 400 mil barris de petróleo por dia e tem PIB per capita de cerca de US$ 50 mil, medido pelo poder de compra, o nono maior do mundo. Apesar da riqueza, o país ainda não conseguiu diversificar a sua economia, que continua dependente da exportação de commodities.
(...)
A Guiné Equatorial ocupa a 127ª posição no ranking do IDH (Índice de Desenvolvimento Humano) da ONU.
Embora o exemplo da Guiné Equatorial seja extremo, ele reflete um mal que afeta a maioria dos países exportadores de petróleo: a chamada "doença holandesa". Tal doença levou esses países a desperdiçar sua riqueza em consumo de bens importados e gastos perdulários, a criar gigantescas burocracias e a não construir os fundamentos destinados a promover o desenvolvimento sustentado.
Assim, entre os 15 maiores exportadores mundiais de petróleo, só um tem lugar de destaque no ranking do IDH da ONU: a Noruega, que ocupa a segunda colocação. O resto não figura sequer entre os 30 primeiros -a maioria está abaixo da 50ª posição.
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Felizmente, a doença e a tragédia a ela associada, como demonstra a Noruega, são evitáveis. No caso do Brasil, temos algumas características que podem nos ajudar. O país tem o décimo PIB mundial, economia bastante diversificada, abundância de recursos naturais e mercado interno dinâmico e em crescimento. Esses fatores nos colocam em melhor posição e nos distinguem dos membros da Opep (Organização dos Países Exportadores de Petróleo), embora continuemos a ser sociedade muito desigual.
Mas nosso grande diferencial é a democracia, que nos permite discutir todas as questões relevantes, inclusive a do petróleo. Na Noruega, tal questão foi amplamente debatida, tendo resultado na decisão do Parlamento norueguês de criar fundo soberano para gerir os recursos não-renováveis do petróleo com critérios intergeracionais, que hoje soma US$ 400 bilhões.
(...)
É imprescindível debater a criação de fundo soberano para gerir os novos recursos.
Também é preciso discutir a regulação da exploração, que não pode mais ser feita com base em "contratos de risco", pois é provável que o risco exploratório do pré-sal, jazida quase que certamente contínua, seja zero.
Outro debate que necessita ser enfrentado é relativo à espinhosa questão da hiperconcentração dos royalties do petróleo, que faz com que 62% dos recursos do país sejam apropriados por apenas nove municípios do Rio, Estado com 92 cidades. Essa hiperconcentração, que já é ofensiva ao pacto federativo, transformar-se-á em tragédia com a enxurrada de novos recursos. Será que queremos criar uma Guiné Equatorial no Brasil?
O que proponho não é um debate provinciano para ver que Estado fica com a maior parte dos recursos das novas jazidas, mas sim uma discussão estratégica para o futuro do país.
Não se pretende arranhar o pacto federativo, mas fortalecê-lo mediante distribuição e uso mais racional dos recursos, que poderá revolucionar nossa educação e inovação científica.
(...)
As resistências às novas propostas são intensas. Tais resistências são legítimas e fazem parte do jogo democrático. O que não é legítimo e democrático é a intenção de alguns de não fazer o debate sobre assunto tão relevante para o país. A sociedade brasileira tem o direito de ser informada sobre esse tema. Não se pode ignorar a nova realidade do petróleo e fazer como avestruz, que julga que o desafio desaparece quando enterra a cabeça na terra. Cedo ou tarde, esse é um debate que o Brasil terá de fazer. Melhor cedo, ou o mal do avestruz nos conduzirá à doença holandesa e nos condenará à tragédia do petróleo.
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