O brasileiro tem mania de vira-lata. A frase, não exatamente nesse molde, era do polêmico e criativo Nelson Rodrigues. É que a gente adora umas comparações que joguem nossa auto-estima ralo abaixo. Hoje, ao visitar, como sempre faço, o blog do Marcelo Moreno, do Clarin, percebi que este argentino anda com mania de brasileiro.
O Marcelo, pegando a Dilma Roussef como modelo positivo, desanca a política argentina. E o país junto. Até o fato de o Obama não ter visitado o país, para ele, é referente para uma apreensão negativa.
Você vai gostar de ler o texto do cara. Mesmo discordando das suas posições políticas (expressas em uma redação de boa qualidade, por sinal), você vai se divertir ao perceber que o complexo de vira-lata atravessou o Rio da Prata.
Viernes 01 de Abril de 2011
La Argentina insular
Marcelo Moreno
“Un gobierno debe convivir con las críticas de los diarios para tener un compromiso real con la democracia . Porque la democracia requiere sobre todo esta contradicción y la convivencia civilizada, con la multiplicidad de opiniones, creencias y aspiraciones”. La afirmación pertenece a la presidenta brasileña Dilma Rousseff y la emitió pocos días antes de la visita del presidente estadounidense Barack Obama a su país.
Rousseff sostuvo que la libertad de prensa en Brasil es plena. “Nuestra democracia se fortalece por medio de prácticas diarias , como los diferentes procesos electorales, las discusiones de la sociedad y, sobre todo, la libertad de opinión y de expresión. Es obviamente una libertad que se alimenta en la libertad de crítica, de manifestarse de acuerdo a las convicciones de cada uno”.
Obama, como se sabe, visitó Brasil y Chile y se salteó a la Argentina , una nación donde se desencadenan hechos alarmantemente ajenos a la democracia, como que el domingo pasado un piquete impidiera la circulación del diario más leído del país, con obvia venia gubernamental, expresada en la inacción policial.
Si el presidente de la nación más poderosa del planeta elude a nuestro país no es por encono sino por indiferencia .
Brasil se apresta a sentarse en la mesa chica en la que se decide parte del destino del mundo. Chile exhibe un desarrollo económico, social e institucional que pocos países de la región tienen. La Argentina es, cada vez más, un país más insular y ensimismado en su propia extrañeza .
A cambio, recibimos la visita del venezolano Hugo Chávez, premiado por la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata con la distinción “Rodolfo Walsh” en la original categoría de “Presidentes Latinoamericanos por la Comunicación”. La decana, Florencia Saintout, explicó a una radio: “Creemos que en Venezuela hay libertad de prensa”.
Es sorprendente que la decana ignore que los periodistas no trascribimos creencias sino informaciones . Y como no somos feligreses sino profesionales de la comunicación. Por eso, cuando emitimos opiniones lo hacemos separándolas tajantemente de lo que llamamos “noticia”. Y las noticias sobre la libertad de prensa en Venezuela, desde hace demasiados años resultan penosas.
Chávez, a diferencia de Rousseff, ha hecho hasta lo indecible por coartar y manipular a lo que queda de prensa independiente en su maltratado país, lo cual ha sido reiteradamente condenado por asociaciones de prensa y de periodistas internacionales. Y se trata de una certeza, esa materia llamada verdad, no de una creencia .
Por eso, que una facultad de periodismo de una importante universidad pública le otorgue un premio a un censor tristemente célebre constituye una extravagancia más de un país que parece ir olvidando en el caldo del autoritarismo los principios republicanos con que alumbró su democracia.(Publicado en la columna Disparador de Clarín el miércoles 30 de marzo del 2011
segunda-feira, 4 de abril de 2011
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