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segunda-feira, 28 de maio de 2012

Beck e a "brasialinização" da Europa

O texto abaixo, de autoria do cientista social alemão Ulrich Beck,coloca novamente em pauta a tal da "brasialinização" da Europa. Trata-se de um texto que pode ser lido como exemplar por vários motivos. Alguns não muito positivos, diga-se de passagem. Mas deixo a tarefa de identificá-los ao arguto leitor. La política económica de la inseguridad

LA CRISIS DE LA SOCIALDEMOCRACIA.
Cuanto más se desregulan y flexibilizan las relaciones laborales, con más rapidez pasamos de una sociedad del trabajo a otra de riesgos incalculables
Ulrich Beck


La consecuencia no deseada de la utopía neoliberal es una brasilización de Occidente: son notables las similitudes entre cómo se está conformando el trabajo remunerado en el llamado Primer Mundo y cómo es el del Tercer Mundo. La temporalidad y la fragilidad laborales, la discontinuidad y la informalidad están alcanzando a sociedades occidentales hasta ahora baluartes del pleno empleo y el Estado del bienestar. Así las cosas, en el núcleo duro de Occidente la estructura social está empezando a asemejarse a esa especie de colcha de retales que define la estructura del sur, de modo que el trabajo y la existencia de la gente se caracteriza ahora por la diversidad y la inseguridad.



En un país semiindustrializado como Brasil, los que dependen del salario de un trabajo a tiempo completo solo representan a una pequeña parte de la población activa; la mayoría se gana la vida en condiciones más precarias. Son viajantes de comercio, vendedores o artesanos al por menor, ofrecen toda clase de servicios personales o basculan entre diversos tipos de actividades, empleos o cursos de formación. Con la aparición de nuevas realidades en las llamadas economías altamente desarrolladas, la “multiactividad” nómada —hasta ahora casi exclusiva del mercado laboral femenino occidental— deja de ser una reliquia premoderna para convertirse rápidamente en una variante más del entorno laboral de las sociedades del trabajo, en las que están desapareciendo los puestos interesantes, muy cualificados, bien remunerados y a tiempo completo.



Quizá en este sentido las tendencias de Alemania, a pesar del éxito que se atribuye a su modelo, representen las de otras sociedades occidentales. Por una parte, Alemania disfruta de las mejores condiciones comerciales que ha tenido en muchos años. La principal economía europea es modélica por su forma de contener una crisis: tasas de interés bajas, flujo de capital entrante, aumento sostenido de la demanda mundial de sus productos, etc. Así, el desempleo en Alemania ha caído un 2,9%, y solo alcanza al 6,9% de la población activa.

Por otra parte, se ha registrado un excesivo incremento del empleo precario. En la década de 1960 solo el 10% de los trabajadores pertenecía a ese grupo; en la de 1980 la cifra ya se situaba en un cuarto, y ahora es de alrededor de un tercio del total. Si los cambios continúan a este ritmo —y hay muchas razones para pensar que será así— en otros diez años solo la mitad de los trabajadores tendrá empleos a tiempo completo de larga duración, mientras que los de la otra mitad serán, por así decirlo, trabajos a la brasileña.


Bajo la superficie de la milagrosa maquinaria alemana se oculta esta expansión de la economía política de la inseguridad, enmarcando una nueva lucha por el poder entre actores políticos ligados a un territorio (Gobiernos, Parlamentos, sindicatos) y actores económicos sin ataduras territoriales (capitales, finanzas, flujos comerciales) que pugnan por un nuevo diferencial de poder. Así se tiene la fundada impresión de que los Estados solo pueden elegir entre dos opciones: o bien pagar, con un elevado desempleo, niveles de pobreza que no hacen más que incrementarse constantemente; o aceptar una pobreza espectacular (la de los “pobres con trabajo”), a cambio de un poco menos de desempleo.



El “trabajo para toda la vida” ha desaparecido. En consecuencia, el aumento del paro ya no puede explicarse aludiendo a crisis económicas cíclicas; se debe, más bien, a: 1) los éxitos del capitalismo tecnológicamente avanzado; y 2), la exportación de empleos hacia países de renta baja. El antiguo arsenal de políticas económicas no puede ofrecer resultados y, de una u otra manera, sobre todos los empleos remunerados pesa la amenaza de la sustitución.



De este modo, la política económica de la inseguridad está ante un efecto dominó. Factores que en los buenos tiempos solían complementarse y reforzarse mutuamente —el pleno empleo, las pensiones garantizadas, los elevados ingresos fiscales, la libertad para decidir políticas públicas— ahora se enfrentan a una serie de peligros en cadena. El empleo remunerado se está tornando precario; los cimientos del Estado de bienestar se derrumban; las historias vitales corrientes se desmenuzan; la pobreza de los ancianos es algo programado de antemano; y, con las arcas vacías, las autoridades locales no pueden asumir la demanda creciente de protección social.



La “flexibilidad del mercado laboral” es la nueva letanía política, que pone en guardia a las estrategias defensivas clásicas. Por doquier se pide más “flexibilidad” o, dicho de otro modo, que los empresarios puedan despedir más fácilmente a sus trabajadores. Flexibilidad también significa que el Estado y la economía trasladan los riesgos al individuo. Ahora los trabajos que se ofrecen son de corta duración y fácilmente anulables (es decir, “renovables”). Por último, flexibilidad también significa: “Anímate, tus capacidades y conocimientos están obsoletos y nadie puede decirte lo que tienes que aprender para que te necesiten en el futuro”. La posición un tanto contradictoria en la que se sitúan los Estados cuando insisten al mismo tiempo en la competitividad económica nacional y la globalización neoliberal (es decir, en el nacionalismo y la internacionalización) ha defraudado políticamente a quienes reivindicaban el derecho individual de los ciudadanos a la estabilidad laboral y a unos servicios sociales dignos.



De todo ello resulta que cuanto más se desregulan y flexibilizan las relaciones laborales, con más rapidez pasamos de una sociedad del trabajo a otra de riesgos incalculables, tanto desde el punto de vista de las vidas de los individuos como del Estado y la política. En cualquier caso, una tendencia de futuro está clara: la mayoría de la gente, incluso de los estratos medios, aparentemente prósperos, verá que sus medios de vida y entorno existencial quedarán marcados por una inseguridad endémica. Parte de las clases medias han sido devoradas por la crisis del euro y cada vez hay más individuos que se ven obligados a actuar como "Yo y asociados" en el mercado de trabajo.

Mientras el capitalismo global disuelve en los países occidentales los valores esenciales de la sociedad del trabajo, se rompe un vínculo histórico entre capitalismo, Estado de bienestar y democracia. No nos equivoquemos: un capitalismo que no busque más que el beneficio, sin consideración alguna hacia los trabajadores, el Estado de bienestar y la democracia, es un capitalismo que renuncia a su propia legitimidad. La utopía neoliberal es una especie de analfabetismo democrático, porque el mercado no es su única justificación: por lo menos en el contexto europeo, es un sistema económico que solo resulta viable en su interacción con la seguridad, los derechos sociales, la libertad política y la democracia. Apostarlo todo al libre mercado es destruir, junto con la democracia, todo el comportamiento económico. Las turbulencias desatadas por la crisis del euro y las fricciones financieras mundiales solo son un anticipo de lo que nos espera: el adversario más poderoso del capitalismo es precisamente un capitalismo que solo busque la rentabilidad.

Lo que priva de su legitimidad al capitalismo tecnológicamente avanzado no es que derribe barreras nacionales y produzca cada vez más con menos mano de obra, sino que bloquee las iniciativas políticas conducentes a la conclusión de un pacto para la formación de un nuevo modelo social europeo. Cualquiera que hoy en día piense en el desempleo no debería quedarse atrapado en viejas querellas como las relativas al "mercado laboral secundario" o "los gastos salariales decrecientes". Lo que parece un derrumbe debe convertirse más bien en un periodo fundacional de nuevas ideas y modelos, en una época que abra las puertas al Estado transnacional, al impuesto europeo a las transacciones financieras y a la "utopía realista" de una Europa Social para los Trabajadores.

Ulrich Beck es sociólogo, profesor emérito de la Universidad de Múnich y profesor de la London School of Economics.
Traducción de Jesús Cuéllar Menezo

quinta-feira, 22 de dezembro de 2011

Por uma sociologia do escândalo

Na novo número da REVISTA BRASILEIRA DE CIÊNCIAS SOCIAIS, você encontrará um ótimo artigo do Professor Roberto Grün, da UFSCAR. Reproduzo parte aí embaixo. Confira!

Escândalos, tsunamis e marolas: apontamentos e desapontamentos sobre um traço recorrente da atualidade*
Roberto Grün


Segundo a Wikipédia, o Brasil passou por 97 escândalos políticos e financeiros na década de 1990. Na primeira década do novo século, foram registrados 125 eventos "dessa natureza".1 Essa catalogação parece comprovar a crença popular de que "o Brasil não tem jeito". Um exercício sociológico talvez ajude a discutir essa crença arraigada, qualificá-la numa perspectiva analítica e, oxalá, também ajudar a sociedade a controlar seus efeitos nefastos que se propagam em diversas esferas da sociabilidade.

Num primeiro momento, poderíamos coonestar o dito popular, segundo o qual "o Brasil é um escândalo". Numa segunda reflexão, menos conjuntural e sanguínea, talvez seja interessante invocar a sociologia para complicar um pouco o senso comum. Nesse sentido, a tarefa é mostrar que os escândalos podem ser alguma coisa maior e mais complexa do que a simples manifestação de descalabros (Thompson, 2000; Chaia e Teixeira, 2001; De Blic, 2003; Neckel, 2005; Adut, 2008). Nessa linha, sugiro que os escândalos podem ser utilmente tratados como uma forma de ação, de controle e também, por vezes, como um mecanismo de mudança social. Através dos escândalos, a sociedade abandona, reitera, altera ou cria normas de convívio e de legitimação.

Os escândalos fazem transparecer mudanças sociais mais ou menos profundas, que foram gestadas na longue durée, sem que a percepção social as tivesse acompanhado e, quando eles explodem, nos damos conta súbita e dramaticamente das transformações em questão. O corolário dessa hipótese é que os nossos escândalos, pelo menos analiticamente, deveriam ser vistos não como uma manifestação da danação eterna do Brasil e dos brasileiros, mas antes uma evidência do vigor com que a sociedade discute, preserva ou altera as normas que ela reputa corretas ou erradas. Nesse caso, estaríamos diante de uma variação, ou generalização, daquela afirmação mil vezes repetida por todo o Ocidente, sobre a "fragilidade da democracia". Ainda que os percalços aconteçam aqui e ali, e que sejam dolorosos, na maior parte das vezes o brado sobre a democracia como "plantinha frágil" mostra que ela se preserva, apesar de sua fragilidade. Mas então, o que quer dizer esse bordão tantas vezes evocado e cuja "não facticidade" não impede o seu uso continuado? Com Douglas (1986) lembramos que o uso continuado de bordões é uma técnica social conhecida de reiteração de convenções cognitivas. Alhures, a autora nos permite sugerir mais diretamente que essa é a forma específica como a democracia se enraíza cada vez mais e se torna incontornável como norma de convívio das sociedades contemporâneas (Idem, p. 17). Respirando a mesma inspiração na análise que agora apresento, trata-se de explorar uma abordagem durkheimiana sobre as formas dos ciclos de ação/imposição/reiteração/transformação da consciência coletiva das sociedades, de maneira análoga àquela que diversos autores empregaram para dar conta de fenômenos aparentemente tão díspares como escândalos em sociedades pré-modernas e em comunidades científicas (Gluckman, 1963; Fleck, [1935] 1979).

LEIA O RESTANTE DO ARTIGO AQUI.

sábado, 8 de outubro de 2011

Crise de identidade

Matéria publicada no ESTADÃO sobre os brics.

'Emergentes vivem crise de identidade'
O Estado de S. Paulo - 07/10/2011



Para cientista político, Brics querem fazer parte da elite global sem perder contato com países em desenvolvimento
Oliver Stuenkel, alemão, desembarcou no Brasil nos anos 90. Especialista em economias emergentes, defende a reforma do Conselho de Segurança da ONU, com a possibilidade de inclusão do Brasil.

Stuenkel, no entanto, considera que os Brics (Brasil, Rússia, Índia e China) vivem uma "crise de identidade", já que agem como grandes potências, o que atrapalha "a capacidade de unir forças com os países em desenvolvimento". Para ele, os países emergentes ainda precisam aprender a usar a sua força.

Oliver Stuenkel é o coordenador do workshop "Rising powers and global challenges", organizado pela Fundação Getúlio Vargas, PUC-Rio e Fundação Konrad Adenauer, que começou ontem e termina hoje em São Paulo. O evento será relatado em livro a ser lançado em janeiro do próximo ano.

A seguir, os principais trechos da entrevista.

Como surgiu a ideia do livro?

Escolhemos quatro desafios globais. Os que consideramos ser os grandes desafios que a humanidade enfrenta neste momento. Nos primeiros quatro capítulos, pensamos sobre soluções e no quinto a grande questão é como implementar tudo aquilo. Então, o capítulo um, dois, três e o quatro são: mudanças climáticas, guerras, pobreza e proliferação nuclear. O quinto é um pouco sobre como implementar tudo isso, quais são as instruções adequadas para fazer.

Então o livro trata sobre como os emergentes podem colaborar na solução desses problemas?

É. Porque, no fundo, nas relações internacionais a forma de pensar os problemas é sob perspectivas dos EUA e da Europa. Portanto, na forma de como solucionar esses problemas, países como o Brasil e a Índia ainda não têm muita influência. E acho que está ficando cada vez mais claro que não há soluções duradouras para nenhum desses problemas sem a colaboração ativa do Brasil, da Índia e da China. Queremos apenas falar sobre essas formas. Trouxemos os maiores especialistas de cada país para ver onde cada um pode colaborar. Faz sentido dividir o mundo em Norte e Sul? Queremos ver se toda essa retórica do último governo (Luiz Inácio Lula da Silva), que diz claramente que o País precisa se orientar mais para o Sul e criar alianças Sul-Sul, é realmente a solução.

Ou se a solução é mais global...

Exatamente. Esse é um debate importante. Mas em vários temas vemos uma separação muito clara. Na questão das mudanças climáticas, por exemplo. Há uma posição dos emergentes em eles acham que é uma responsabilidade histórica.

Pois ainda estão crescendo...

É, isso é o que eles consideram. Então, nessa área temos dois pontos de vista. Mas em outros temas não é bem assim. A grande questão para o Brasil é se faz sentido se aliar a outros países do Sul nesses temas ou é preciso se aliar em alguns aspectos com Índia e China.

Nos anos 70, tínhamos como os grandes poderosos os EUA e a União Soviética. E hoje o poder está mais distribuído. Temos os Brics, por exemplo. Se esse poder se unir é possível solucionar grandes problemas. É isso?

Na verdade, há uma distribuição de poder econômico. A grande questão é como isso se traduz na possibilidade de os emergentes se articularem. Então, por exemplo, a questão é se o Brasil deve ou não entrar no Conselho de Segurança da ONU. Há países que dizem que o Brasil ainda não tem como exercer essa responsabilidade.

E, na sua opinião, tem?

Acho que alguns países do Conselho de Segurança dizem que o Brasil precisa assumir mais responsabilidades para solucionar problemas. Mas quem define o que é responsável e o que não é tem muito a ver com quais são os problemas. E isso é onde eu acho que estamos em uma nova fase. Porque o Brasil tem um papel importante na definição de quais são esses problemas e quais são as melhores abordagens. Os países que criticam Índia, China e Brasil dizem que eles ainda não se comportam de fato como países responsáveis. Porque agora, por exemplo, não apoiaram uma resolução contra a Síria.

A sua opinião, portanto, é de que é difícil responder.

Acredito que precisa de reforma. E qualquer reforma deve incluir o Brasil. Mas não só o Brasil. Inclui a Índia e um ou dois africanos. Mas a grande questão é se um aumento do Conselho aumentaria a legitimidade do órgão. Enfim, é difícil dizer. Não sei se dá pra dizer se o Brasil merece entrar ou não.

O G-20 substituirá o G-8?

Acho que sim. Obviamente há um papel importante também do G-8. E, no longo prazo, é preciso utilizar o G-20 como plataforma principal. Porque, quando olhamos grandes problemas financeiros, se não congregar a China para debater a crise, por exemplo, não faz muito sentido. Então, creio que no longo prazo o G-20 será mais importante. Mas ainda há momentos em que o Brasil foge um pouco da responsabilidade e atores que criticam o Brasil usam esses momentos para apontar. A questão da Síria fortalece os que dizem que o Brasil está com uma abordagem seletiva.

Os Brics são os líderes globais entre os emergentes?

A África do Sul agora se juntou aos Brics. Agregaram um S (South Africa). Esses países agora enfrentam uma tensão muito grande. Por um lado, querem representar os países em desenvolvimento. Por outro, cada vez mais o interesse deles será mais parecido com o dos países estabelecidos. Ou seja, os países em desenvolvimento defendem a soberania, são contra intervenções. Mas os emergentes têm interesses econômicos em todas as regiões. O Brasil quer fazer parte de uma oligarquia sem perder contato com os países em desenvolvimento. Isso causa tensão. Então, os Brics se colocam numa posição que atrapalha um pouco a capacidade que eles têm de juntar apoio entre os países em desenvolvimento.

Com o seu olhar estrangeiro e há alguns anos no Brasil, percebe a evolução do País?

O Brasil avançou muito em diversas questões. É um país que, cada vez mais, soluciona problemas internos, mas também cada vez mais perguntam qual será a contribuição do Brasil no exterior. Como o Brasil pode ser um ator importante do exterior? Como pode se projetar no exterior? E qual é a capacidade do País de solucionar grandes problemas globais? O Brasil pode fornecer bens públicos globais. Pode ser um ator importante na luta contra o aquecimento global, por exemplo. E esse é um debate novo.

A solução da crise tem que ter a participação de todos os países, incluindo os emergentes?

O grande erro do Brasil seria de ficar orgulhoso por não ser atingido pela crise, e aí há o risco de o País não enxergar a crise como ameaça. A Europa é um mercado muito importante para o Brasil. Então, é do interesse do Brasil solucionar esses problemas também. E com certeza os emergentes terão papel importante na solução da crise.

quinta-feira, 26 de agosto de 2010

O México e nós

Perplexidade, angústia e medo. Esse sentimentos nos invadem quando tomamos conhecimento da chacina ocorrida na fronteira norte mexicana. O número de assassinados, dentre eles, parece, alguns brasileiros, aponta a importância política do enfrentamento, com conhecimento científico e decisão política, da máquina mortífera do narcotráfico.

Essa máquina, não esqueçamos!, também produz suas chacinas e massacres no Brasil. E não muito longe. Aqui mesmo em Natal, na Zona Norte da cidade, micro-cartéis produzem cenários também grostescos. E, aos poucos, a cidadania, acuada, vai se resignando em ceder partes do território e de áreas do Estado e do Mercado para os criminosos.

Confira abaixo nota publicada no EL PAÍS sobre essa realidade.

La crueldad cotidiana de los narcos mexicanos



La crueldad y el ensañamiento no tienen límites cuando de la guerra entre mafias del narcotráfico mexicano se trata. Los cadáveres de cuatro hombres jóvenes maniatados fueron hallados ayer colgando de un puente en las cercanías de la ciudad de Cuernavaca, en el Estado de Morelos. Las víctimas habían sido torturadas y mutiladas. Sus genitales y sus cabezas fueron abandonados sobre el asfalto, junto a un mensaje enviado por los sicarios a una banda rival. Una escena que ya se ha convertido en algo cotidiano.

sexta-feira, 9 de outubro de 2009

Aqui, pau puro; lá fora, reconhecimento...

Aqui, por aqui entenda-se mídia nativa, a diplomacia brasileira e o chanceler Celso Amorim são alvos de uma campanha de desqualificação. Exemplar desse comportamento foi a capa da edição da revista Veja publicada na semana passada. Uma baixaria sem tamanho... Bueno, mas, lá fora, só há espaço para o reconhecimento da atuação propositiva do Ministério das Relações Exteriores sob o Governo Lula. A matéria abaixo, publicada em prestigiosa revista dedicada às relações internacionais, indica bem o tipo de abordagem predominante na imprensa mundial a respeito da atuação brasileira. Por essas e outras, diariamente, leio EL País, Haaretz e Le Monde. Se ficar somente com a Folha, Veja e similares, você só vai ter mesmo é ânsia de vômito.



Foreign Policy: Amorim, “o melhor chanceler do mundo”

Fonte VIOMUNDO

David Rothkofp, no blog da revista Foreign Policy

Esse pode ter sido o melhor mês do Brasil desde cerca de junho de 1494. Foi quando o Tratado de Tordesilhas foi assinado, dando a Portugal tudo no mundo a leste de uma linha imaginária que foi declarada existir 379 léguas a oeste das ilhas de Cabo Verde. Isso garantiu que o que viria a se tornar Brasil seria português e, portanto, desenvolveria uma cultura e identidade diferentes do resto da América Latina hispânica. Isso garantiu que o mundo teria samba, churrasco, Garota de Ipanema e, através de uma incrível e tortuosa corrente de eventos, a Gisele Bundchen.
Embora o Brasil tenha levado algum tempo dando razão à máxima de que “é o país do futuro e sempre será”, há poucas dúvidas de que o amanhã chegou para o país, ainda que muito tenha de ser feito para superar sérios desafios sociais e aproveitar o extraordinário potencial econômico do país.

A prova de que algo novo e importante está acontecendo no Brasil começou alguns anos atrás, quando o presidente [Fernando Henrique] Cardoso gerenciou uma mudança para a ortodoxia econômica que estabilizou o país-vítima de ciclos de crescimento e crise e inflação de tirar do sério. Ganhou força, no entanto, durante o extraordinário governo do atual presidente, Luis Inacio “Lula” da Silva.

Algum desse impulso se deve ao compromisso de Lula de preservar as fundações econômicas assentadas por Cardoso, uma decisão política corajosa para um líder sindical de oposição do Partido dos Trabalhadores. Parte do impulso se deve a sorte, uma mudança do paradigma energético que ajudou o investimento de 30 anos do Brasil em biocombustíveis dar retorno importante, as descobertas maciças de petróleo na costa do Brasil e a crescente demanda da Ásia que permitiu ao Brasil se tornar o líder exportador da agricultura mundial, assumindo o papel de “celeiro da Ásia”. Mas muito do impulso se deve à grande capacidade dos líderes brasileiros de aproveitar o momento que muitos dos predecessores provavelmente teriam perdido.
Desses líderes, muito do crédito vai para o presidente Lula, que se tornou uma espécie de estrela de rock na cena internacional, juntando a energia, a disposição, o carisma, a intuição e o senso comum tão eficazmente que a falta de educação formal não se tornou empecilho. Algum crédito vai para outros membros de sua equipe, como a chefe da Casa Civil Dilma Rousseff, a ex-ministra da Energia que se tornou uma ministra dura e possível sucessora de Lula. Mas eu acredito que uma grande parte do crédito deve ir para Celso Amorim, que planejou a transformação do papel mundial do Brasil de forma sem precedentes na história moderna. Ele é o ministro das Relações Exteriores de Lula desde 2003 (também serviu nos anos 90), mas penso que se pode argumentar que é atualmente o chanceler mais bem sucedido do mundo.

É impossível apontar um único momento de mudança nas tentativas de Amorim de transformar o Brasil de um poder regional com influência int ernacional duvidosa em um dos países mais importantes no mundo, reconhecido por consenso global para jogar um papel de liderança sem precedentes.
Pode ter sido quando ele teve um papel central na engenharia do “empurrão” dado pelos países emergentes contra o “poder-de-sempre” dos Estados Unidos e da Europa durante as negociações comerciais de Cancun em 2003.
Pode ter sido o jeito que o Brasil adotou para usar questões como a dos biocombustíveis para forjar novos diálogos e influência, com os Estados Unidos ou com outros poderes emergentes.

Com certeza envolveu a decisão de Amorim de abraçar a idéia de transformar os BRICs de uma sigla em uma importante colaboração geopolítica, trabalhando com seus colegas da Rússia, da Índia e da China para institucionalizar o diálogo entre os países e coordenar sua mensagens. (Dos BRICs quem se deu melhor nesse arranjo foi o Brasil. Rússia, China e Índia todos conquistaram seus lugares na mesa através de capacidade militar, tamanho de população, influência econômica ou recursos naturais. O Brasil tem tudo isso, mas menos que os outros).

Também envolveu muitas outras coisas, como o aprofundamento das relações com países como a China, a promoção do Brasil como destino de investimentos, a reputação do Brasil como comparativamente seguro diante de problemas econômicos globais, o conforto que o presidente dos Estados Unidos sente em relação a seu colega brasileiro — a ponto de encorajar o Brasil a jogar um papel como intermediário junto, por exemplo, aos iranianos. Concorde ou não com todas as decisões de Amorim, como em Honduras ou em relação a Cuba na Organização dos Estados Americanos, o Brasil tem continuado a jogar um papel regional importante ainda que seu foco tenha claramente mudado para o palco global.

Nada ilustra quanto evoluiu o Brasil ou quão eficaz é o time Lula-Amorim quanto os eventos das últimas semanas. Primeiro, os países do mundo largaram o G8 e abraçaram o G20, garantindo ao Brasil um lugar permanente na mesa mais importante do mundo. Em seguida, o Brasil se tornou o primeiro país da América Latina a ganhar o direito de sediar as Olimpíadas. Ontem o Financial Times noticiou que a “Ásia e o Brasil lideram na confiança do consumidor”, um reflexo da reputação que o governo vendeu eficazmente (com a maior parte do crédito indo para o ressurgente setor privado brasileiro). E nesta semana as notícias sobre o encontro do FMI-Banco Mundial em Istambul mostraram a institucionalização do novo papel do Brasil com um acordo para mudar a estrutura do FMI. De acordo com o Washington Post de hoje: “As nações também concordaram preliminarmente em reestruturar a estrutura de votação do Fundo, prometendo dar mais poder aos gigantes emergentes como o Brasil e a China até janeiro de 2011″.

Nada mal para alguns dias de trabalho. E embora seja o ministro da Fazenda que representa o Brasil nos encontros do FMI-Banco Mundial, o arquiteto dessa marcante transformação no papel do Brasil foi Amorim.

Muito ainda precisa ser feito, com certeza. Parte tem a ver com o novo papel desejado. O Brasil quer uma vaga permanente no Conselho de Segurança da ONU e mais liderança nas instituições internacionais. Pode conquistar isso, mas terá de manter o crescimento e a estabilidade para chegar lá. Além disso, o Brasil parece inclinado a minimizar ameaças regionais como a representada pela Venezuela (Os brasileiros tendem a olhar com desprezo para seus vizinhos do norte tanto quanto o fazem para os argentinos, vizinhos do sul… e, portanto, subestimam a habilidade de homens como Hugo Chávez de causar danos). E o Brasil tem diante de si uma eleição que pode mudar o elenco de jogadores e, naturalmente, pode mudar a atual trajetória de uma série de maneiras — boas e ruins.

Mas é difícil pensar em outro chanceler que tenha tão eficazmente orquestrado uma mudança tão significativa no papel internacional de seu país. E se alguem pedisse hoje que eu votasse no melhor chanceler do mundo, meu voto provavelmente iria para o filho de Santos, Celso Amorim.

David Rothkopf é autor de Superclass: The Global Power Elite and the World They are Making (Superclasse: A elite do poder global e o mundo que ela está construindo) e Running the World: The Inside Story of the National Security Council and the Architects of American Power (Governando o Mundo: A história do Conselho de Segurança Nacional e os Arquitetos do Poder Americano).

terça-feira, 22 de setembro de 2009

Atílio Boron e o golpe em Honduras

O sociólogo e politólogo argentino Atílio Boron escreveu, na edição de hoje do jornal Página 12, uma análise da situação política em Honduras. Agora, que o Brasil está atolado até o pescoço no conflito, acredito, você deve perder um tempinho procurando entender o que se passa. Acesse aqui o artigo mencionado.

sexta-feira, 29 de maio de 2009

E a discussão sobre o clima no Brasil?

Reproduzo abaixo artigo de autoria do jornalista Washington Novaes. Publicado no Estadão de hoje, o artigo trata de uma questão crucial: a insignificância do debate (e das ações)do governo brasileiro em relação às mudanças climáticas. Vale a pena conferir!

Quando se discutirá o clima por aqui?
Washington Novaes

Quem houver passado os olhos pelo noticiário dos últimos dias terá lido sobre a série de reuniões internacionais em que se discutem, com números dramáticos e declarações candentes, as mudanças climáticas no mundo. Certamente também terá lido e visto o que está acontecendo de "eventos extremos" no Brasil, do Norte e Nordeste ao Sul do País. E provavelmente terá concluído que, se o panorama é esse, o Brasil está devendo muito em matéria de uma política adequada para essa grande questão - ainda que esta ou aquela personalidade diga que o governo brasileiro já aceita (mas não há declaração oficial e categórica) discutir compromissos obrigatórios de redução de emissões, pois estamos entre os maiores emissores do planeta.

Pode-se considerar a atenuante lembrada pelo diplomata Luiz Alberto Figueiredo - que tem sido negociador brasileiro na Convenção do Clima - de que "nem todas as cartas estão na mesa" e só o estarão em dezembro, na reunião de Copenhague (Agência Brasil, 20/5), última esperança de um acordo que substitua o Protocolo de Kyoto, que chega ao seu término. Mas nos próximos dias começa em Bonn, na Alemanha, a penúltima reunião preparatória da negociação final. E ainda continuamos perdidos em discussões sobre nossa matriz energética, planejando 68 usinas termoelétricas movidas a combustíveis fósseis (inclusive carvão mineral), altamente poluidoras, deslembrando nosso extraordinário potencial em energias "limpas" e renováveis. Também não nos lembramos do que foi dito há poucos dias ao jornalista Cláudio Ângelo pelo respeitado economista indiano Vinod Thomas: o Brasil pode "dar um salto" no desenvolvimento se aproveitar gastos públicos para investir em alguns setores, entre eles "preservação ambiental"; nossa situação em matéria de recursos naturais (terra, recursos hídricos, recursos florestais) é absolutamente privilegiada no mundo, disse ele. Mas seguimos fazendo de conta que não é importante.

Enquanto isso, sucedem-se as discussões no mais alto nível mundial. O primeiro "rascunho" da ONU para Copenhague chega a cogitar da eliminação das emissões pelos EUA e pelo Japão até 2050 (Bloomberg, 21/5), enquanto propõe reduções de 25% para China, Brasil e Índia (é um dos textos segundo o qual o Brasil "aceita negociar"; a China, não). Mas o documento trata de muitas outras questões: créditos florestais, comércio de emissões, tecnologia de captura e armazenamento de carbono, recuperação de áreas úmidas, manejo do solo na agricultura, setores com "emissões móveis" (aviões e navios), energia nuclear. Os países industrializados, nesse documento, deveriam contemplar a hipótese de baixar suas emissões em 45% (sobre os níveis de 1990) até 2022. Um dos maiores obstáculos está na China, que garante chegar a uma redução só com programas de eficiência energética, que reduziriam em 4% a cada ano seu consumo por unidade do PIB, embora 80% de sua energia provenha de usinas a carvão (que dobraram em uma década).

"Estamos num momento dramático da história humana", afirmou o secretário-geral da ONU, Ban Ki-moon. "Nosso planeta está se aquecendo a níveis perigosos." E "só temos 200 dias até Copenhague para resolver". Talvez premido pela circunstância, o Comitê de Comércio e Energia do Congresso norte-americano decidiu apoiar as propostas do presidente Barack Obama para o setor: corte de 17% nas emissões (sobre o nível de 2005) até 2020 e de 83% até 2050, além da elevação das energias renováveis (eólica e solar) para 15% do total. Mas a votação no plenário só ocorrerá em agosto e os republicanos mantêm forte oposição, com apoio de vários setores econômicos. Obama também anunciou metas para redução de 30% no uso de combustíveis, que aumentarão a eficiência dos veículos em 40% até 2016. Segundo o presidente, isso equivalerá a retirar 177 milhões de carros das ruas e estradas em seis anos e meio.

Mais complicado para o Brasil é o que informa a correspondente Patrícia Campos Mello (Estado, 19/5): o Congresso dos EUA estuda criar uma "tarifa verde" sobre produtos importados de países que não limitem suas emissões de poluentes. Talvez haja controvérsia no âmbito da Organização Mundial de Comércio (OMC), embora esta admita medidas que protejam recursos naturais. Mas se for adiante poderá atingir nossas áreas de carnes (emissão de metano), grãos (desmatamento e uso do solo), madeiras e outras.

Também preocupante para o Brasil é o alerta de relatório da ONU sobre o "crescimento galopante de favelas" no mundo e as vulnerabilidades diante de "eventos extremos" decorrentes das mudanças do clima. Essas áreas, onde moram 900 milhões de pessoas no mundo (mais 25 milhões por ano), são uma parte cada vez mais destacada nas emissões (66% do total dos gases é emitido nas cidades) e nos grandes desastres, principalmente na Ásia.

Não são as únicas ameaças. O Massachusetts Institute of Technology (MIT) manifestou (Estado, 20/5) preocupação com seus cálculos de que o aumento da temperatura no planeta pode chegar a 5,2 graus Celsius até 2100. Outros cientistas endossam as preocupações com o crescimento das emissões de metano no Ártico.

Com tantas ameaças, afinal o Instituto Nacional de Ciência e Tecnologia para Mudanças Climáticas decidiu mapear a vulnerabilidade das dez maiores cidades brasileiras, "para direcionar políticas públicas de adaptação às mudanças" (disseminação de doenças, influência sobre recursos hídricos, agravamento de inundações e secas, mudanças em zonas costeiras). Para que se veja nosso retardamento nessa matéria, a resolução de mapas que permitam avaliar elevações no nível do mar é hoje de 50 centímetros, quando precisaria captar a partir de 1 a 2 centímetros.

É preciso muito mais. O governo federal continua devendo à comunidade científica e à sociedade uma discussão franca e corajosa sobre nossa política - ou sua falta - na área do clima.

Washington Novaes é jornalista
E-mail: wlrnovaes@uol.com.br

quarta-feira, 15 de abril de 2009

Reconhecimento internacional: Lula é o mais popular das Américas.

Como a dar razão ao Presidente Obama, pesquisa recentemente concluída indica Lula como o líder mais popular das Américas. Confira abaixo matéria publicada so site yahoo.com. sobre o fato.

Lula é o presidente mais popular das Américas, afirma pesquisa

México, 14 abr (EFE).- O presidente Luiz Inácio Lula da Silva aparece em primeiro lugar na lista de líderes com melhor aprovação da América, com 70% de popularidade, de acordo com um estudo publicado hoje na internet pela empresa mexicana Consulta Mitofsky.

O relatório, correspondente a abril, indica que pouco atrás de Lula está o governante colombiano, Álvaro Uribe, com 69%, seguido pelo mexicano Felipe Calderón, com 68%, e pelo salvadorenho Elías Antonio Saca, com 66%.

Em um segundo bloco aparecem os presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, com 61%; Equador, Rafael Correa, e Paraguai, Fernando Lugo, com 60%; Chile, Michelle Bachelet, com 59%; e Bolívia, Evo Morales, com 58%.

Pouco atrás estão o governante uruguaio, Tabaré Vázquez, com 53%; o costarriquenho Óscar Arias, com 49%; o panamenho Martín Torrijos, com 48%; o guatemalteco Álvaro Colom, com 45%; o dominicano Leonel Fernández e o nicaraguense Daniel Ortega, com 48%; e o peruano Alan García, com 34%.

No fim da lista estão a argentina Cristina Fernández de Kirchner, com 29%, e o hondurenho Manuel Zelaya, com 25%.

A Consulta Mitofsky destacou que a aprovação média dos presidentes americanos em março foi de 52%, só superada pelos resultados de janeiro e maio de 2007, que alcançaram 53% e 54%, respectivamente.

No estudo anterior, divulgado em janeiro, Lula, Uribe e Correa dividiam o primeiro lugar, com 70% de aprovação. EFE

sexta-feira, 27 de fevereiro de 2009

Sobre o envelhecimento populacional

Leia abaixo trechos de um texto sobre o envelhecimento populacional brasileiro publicado na ótima revista Desafios do Desenvolvimento, publicação do IPEA.

Um país de cabeça branca

Por Gilson Luiz Euzébio, de Brasília

Uma boa notícia: a população brasileira está vivendo cada vez mais. A expectativa de vida dos brasileiros aumentou de 67 anos para 72,5 anos entre 1991 e 2007, e deve chegar a 74,8 anos em 2015, de acordo com estimativas do Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE). O rápido processo de envelhecimento da população, devido à associação de maior expectativa de vida e queda na taxa de natalidade, está mudando a cara do Brasil, que, em poucas décadas, deixará de ser um país de jovens para se tornar um país de idosos.

O fenômeno impõe o grande desafio de se preparar para uma nova realidade, que exigirá mudanças amplas em toda sociedade. Programas públicos, transportes coletivos, oferta de bens e serviços terão que se adequar ao novo perfil da clientela. A transformação, ocorrida antes em países europeus, terá impacto significativo na economia e, principalmente, nas finanças públicas. Afinal, haverá um número crescente de pessoas recebendo benefícios e demandando serviços, e redução da quantidade de trabalhadores na ativa. (...)

Leia mais aqui.

domingo, 28 de setembro de 2008

A memória no Brasil: um artigo do historiador Peter Burke

Coloquei, abaixo, trechos de interessante artigo de autoria do historiador Peter Burke. Foi publicado na edição de hoje do jornal Folha de São Paulo.

Quase memória

Relação do brasileiro com seu passado é mais tênue do que aquela construída nos países europeus e mesmo nas demais nações latino-americanas

PETER BURKE
COLUNISTA DA FOLHA

Na última geração, os europeus experimentaram um "boom de memória", uma onda de interesse, tanto acadêmico quanto popular, pelas lembranças; não apenas memórias individuais, mas também coletivas -em outras palavras, imagens compartilhadas do passado.
Essa onda de interesse foi ao mesmo tempo expressada e incentivada pela série de sete livros de enorme sucesso lançada pelo estudioso-editor Pierre Nora entre 1984 e 1993, sob o título "Les Lieux de Mémoire" [Os Lugares de Memória].
A idéia central de Nora foi pedir a seus colaboradores que se concentrassem em lugares associados a memórias coletivas do passado francês - lugares geográficos, como Versalhes ou o Panteão, mas também lugares metafóricos, como a "Enciclopédia Larousse" ou mesmo a "Marselhesa".
A série foi imitada em outros países europeus, como a Alemanha e a Itália. Poderia ou deveria ser imitada também no Brasil?
Poder-se-ia afirmar que no Brasil ou em outros lugares do Novo Mundo um empreendimento como o de Nora seria inadequado, pois, em comparação com a Europa, nas Américas um edifício é considerado antigo quando data da década de 1930, e a população de muitos países é relativamente jovem e mais voltada para o futuro do que para o passado.
Na verdade, os brasileiros parecem ainda menos preocupados com o passado do que as populações de outros países latino-americanos, especialmente a Argentina.
De todo modo, o Brasil tem seus próprios "lugares de memória". Os nomes de muitas localidades, de Iguaçu a Paraíba, têm um significado em tupi e assim nos lembram, ou deveriam lembrar, os tupinambás e outros "primeiros povos".

Cidades, pessoas
As cidades, por outro lado, muitas vezes evocam memórias da Europa. Os imigrantes tentaram recriar nas Américas um mundo conhecido, batizando suas cidades de Belém, Nova Friburgo, Nova Odessa e assim por diante.
Em comparação, os escravos africanos que foram trazidos para o Brasil contra a sua vontade não tiveram a oportunidade de impor nomes familiares à paisagem estranha. No entanto tentaram a reconstrução simbólica do espaço africano nos terreiros de candomblé.
As memórias locais também são importantes. Os nomes de algumas cidades e muitas ruas se referem a líderes e acontecimentos locais -João Pessoa, avenida Nove de Julho etc. Nomes como esses foram conseqüência de iniciativas oficiais.
Um testemunho mais direto de memórias populares ou atitudes em relação ao passado vem dos nomes pessoais.
Para um visitante europeu, é uma espécie de surpresa descobrir quantos brasileiros têm nomes de heróis culturais como Edison, Milton, Newton ou Washington.
O único problema é descobrir se esses nomes foram escolhidos pelos pais por sua sonoridade ou por sua associação com o Reino Unido, os EUA, a ciência ou a democracia.
Um equivalente brasileiro a "Os Lugares de Memória", se fosse publicado, como espero que um dia o seja, naturalmente incluiria as comemorações oficiais de eventos como a descoberta do Brasil pelos portugueses ou a expulsão dos portugueses da Bahia em 1823.
Como no caso da Europa, os locais de memória incluiriam museus e monumentos (embora os visitantes europeus possam se surpreender ao ver monumentos aos imigrantes no Brasil).
Também haveria espaço para pinturas históricas como "Independência ou Morte", de Pedro Américo, ou suas imagens da guerra contra o Paraguai.
De todo modo, os principais lugares de onde a maioria dos brasileiros extrai suas visões do passado são certamente o Carnaval e a telenovela.
Temas históricos são comuns nos enredos das escolas de samba do Rio e seus equivalentes em outras cidades -eventos como a descoberta do Brasil ou a abolição da escravatura e indivíduos como Zumbi ou o imperador d. Pedro 2º. Quanto às telenovelas, pense-se no sucesso de "A Escrava Isaura" em 1976 e novamente em 2004; e de "Sinhá Moça" em 1986 e também 20 anos depois, assim como novelas relacionadas à história mais recente, de "Éramos Seis" (1994) a "Terra Nostra" (1999).


(...)
PETER BURKE é historiador inglês, autor de "O Que É História Cultural?" (ed. Zahar). Escreve na seção "Autores", do Mais!.
Tradução de Luiz Roberto Mendes Gonçalves.


Assinante UOL lê o artigo completo aqui.

quarta-feira, 10 de setembro de 2008

Texto do IPEA sobre a desigualdade social no Brasil

Intitulado O RITMO DE QUEDA NA DESIGUALDADE NO BRASIL É ADEQUADO? EVIDÊNCIAS DO CONTEXTO HISTÓRICO E INTERNACIONAL, de autoria de Sergei Suarez Dillon Soares, é uma análise de boa qualidade técnica e uma ferramenta necessária para os que se dispõe a pensar sobre a realidade brasileira contemporânea. Acesse-o aqui.

terça-feira, 12 de agosto de 2008

A classe média

No vídeo abaixo, um retrato, com humor corrosivo, da classe média brasileira, por Max Gonzaga e Banda Marginal.